El Real Mallorca se sacude la presión con una victoria en Leganés

La primera sorpresa de la jornada llegaba pronto. Lo que tardaban en hacerse públicas las alineaciones. Tras una semana extraña, cargada de partidos y movimientos de entrada y salida, los dos entrenadores agitaban la coctelera de sus equipos. Borja Jiménez introducía siete cambios y Jagoba Arrasate pintaba su once entre una nueva rotación en la portería, descansos y premios. Por un lado Mojica y Darder se quedaban en el banquillo y por el otro entraba con todo Marc Domenech, que iba a completar el mejor verano de su vida con una titularidad en Primera División siendo todavía menor de edad. Igual se le puede achacar algo al entrenador del Mallorca en estas etapas iniciales de su travesía, pero nunca que abuse de la palabrería. Su discurso va siempre al compás de sus hechos.

Volvió al Mallorca a su origen replicando la imagen que ofreció contra el Madrid y que tanto había ilusionado a su gente. Firmaba una primera media hora deliciosa y marcaba cuando llegaba a la puerta del descanso y parecía que su gobierno flaquearía.

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Mandón desde el pitido inicial, el equipo de Jagoba solo necesitaba tres minutos para agarrar por la solapa al Leganés y embaldosar el camino hacia el gol. Un centro de Lato (decidido a darle una mala noche a Altimira) lo adornaba Asano con un cabezazo en parabola que tocaba la parte superior del larguero. Iba a subrayar su desafío el jugador japonés veinte minutos más tarde, ahora con un pase desde atrás de Muriqi. El Jaguar, casi sin espacio para escorar el lanzamiento, se topaba con un Juan Soriano en permanente estado de guardia. Cinco minutos después y en pleno monólogo balear era Jorge Sáenz el que acudía al rescate de su equipo evitando el remate de Muriqi tras un centro templado de Dani.

Con el primer tercio del encuentro agotado, hacía un esfuerzo el Leganés para cambiar el paso. Contenía el vendaval, pero poco más. Justo cuando daba la sensación de que el fuego bermellón iba a apagarse (sobre todo tras la lesión de Maffeo, que tenía que cederle su asiento a Antonio Sánchez), Domenech conectaba con Lato y el valenciano mandaba un balón con perfume hacia el segundo palo, donde aguardaba Muriqi para acabar de acicalarlo. El Pirata, dominador absoluto del cielo de Butarque, le devolvía a Dani Rodríguez la asistencia del partido inaugural. Un favor que el de Betanzos agradecía después de burlar la inocente vigilancia de Jorge Sáenz. Un destrozo colectivo que pudo ser más ancho si Muriqi llega a redondear a continuación otro pase tras robo de su socio gallego.

La segunda mitad amanecía tal y como había oscurecido la primera, con el Mallorca arrinconando al Leganés a base de empuje y combinaciones a veces imposibles. Jagoba le daba sitio a Robert Navarro, que sustituía a un Domenech con el depósito vacío, y solo las continuas interrupciones, fruto de los cambios (el equipo local sustituyó a Tapia por una posible conmoción, lo que propició que ambas formaciones tuvieran una permuta más), estropeaban un poco el paisaje del partido, que seguía siendo de color visitante. Borja Jiménez no encontraba la manera de meterle mano a su invitado y aunque la entrada de nuevos futbolistas refrescaba sus ideas tampoco era suficiente para agrietar su pared defensiva. Sobre todo en los minutos finales, en los que el técnico de Berriatua protegía al triunfo como si fuera un hijo forrando la defensa con la entrada de Copete.

El Mallorca ganaba y se adentra en el primer túnel del calendario descargado de presión y con dos nuevos futbolistas por incrustar en el engranaje. Cuatro jornadas después, llegan las buenas noticias de verdad.