Hace más de cinco lustros que no lo recorre, pero el Mallorca conoce el camino que conduce hasta la Supercopa de España. El trofeo que abrió las vitrinas del club en agosto de 1998 ocupará siempre un lugar especial en el corazón y el alma de la entidad, que ahora puede volver a ilusionarse. El trofeo, el tercer título de la historia, está a solo dos partidos de distancia y así lo advierten Jovan Stankovic, Vicente Engonga y Chichi Soler, a los que no se podía unir finalmente Miquel Soler por un problema con el pasaporte.
Entre la expedición que viajaba este martes a Oriente Próximo había tres de aquellos campeones de finales de los noventa. «Estamos preparados por si Jagoba nos necesita», bromeaba Jovan Stankovic antes de subirse en Palma a las tripas del avión de Air Europa en el que viajaba la delegación.
El serbio, que ha jugado las dos Supercopas anteriores en las que participó el Mallorca, recuerda que el equipo está ante una oportunidad única. «El Mallorca crece día a día y viene de un año fantástico, manteniéndose en Primera División, con otra final de Copa, una primera vuelta espectacular y ahora esto», reflexionaba. «Es muy bonito, no solo para los jugadores, sino para todos los mallorquinistas, que podamos disfrutar de este viaje».
Tensión positiva
Stankovic guarda «muy buenos recuerdos» de esta competición. «Es algo que no se olvida. Y el Mallorca no puede jugarla cada año, como el Madrid o el Barça, por eso son nuestros recuerdos son tan especiales. Lo raro sería que los jugadores no estuvieran nerviosos. Tres o cuatro días antes de estos partidos se te empieza a mover el cuerpo y a revolver el estómago. Los que van a jugar saben que les va a ver muchísima gente de todo el mundo. Y Arabia tiene el aliciente de que te pueden intentar fichar alguien de allí. Será un aprtido diferente, pero muy bonito», apuntaba.
El exfutbolista balcánico no cree que la eliminación de la Copa del Rey vaya a pasar factura. «Nadie esperaba lo que pasó el otro día, pero será distinto. En el fútbol, si te relajas, te puede pasar esto porque todos los equipos físicamente están bien y si pueden te machacan. No creo que les afecta, al revés. Cuando pierdes un partido así buscas una revancha y darle una alegría al mallorquinismo», destacaba.
«Los futbolistas estarán pensando en hacerlo lo mejor posible y ganar», añadía Vicente Engonga, otro de los campeones que viajaba a Arabia. «Es una oportunidad que para muchos igual no se les presenta nunca más y seguro que lo van a dar todo. Y viendo lo que bien que lo están haciendo en la Liga creo que tienen posibilidades», apuntaba.
Grandes momentos
«En mi caso, todos los recuerdos son buenos», agregaba Engonga. «Del primer partido recuerdo que tuvimos que remontar y que estábamos en construcción con respecto al año anterior. Y del Camp Nou recuerdo que fuimos bastantes mejores que ellos, que debutó Lauren de la lateral derecho y que Rivaldo no la tocó y que recogimos la Copa», comentaba sonriente.
Chichi Soler tampoco perdía la ocasión de viajar a la cita de Yeda. Y lo hacía cargado de optimismo. «A un partido, para bien o para mal, puede pasar cualquier cosa. Si somos competitivos y nos ponemos por delante en el marcador, tendremos opciones. La plantilla sabe que es una oportunidad única, de ganar un título y un trofeo que no sueles jugar. Además de disfrutar se ha de competir con todo lo que tengas», subrayaba. «En el 98 lo que buscábamos era encontrar el momento de forma para la Liga y cuando ganamos el primer partidos nos veíamos cerca de ganar el título, como así fue luego», explicaba el eterno capitán. «Porque en el Camp Nou fuimos muy superiores», aseguraba el capitán del Real Mallorca.
Plantilla y entrenador
Realmente y con el paso de los años la plantilla que por aquel entonces entrenaba Héctor Cúper y que venía de caer ante el Barcelona en la Copa había sufrido numerosas moficiaciones. Unos futbolistas abandonaron el club y otros llegaron y la premura de la competición hizo realmente que esta se tomara casi más como partidos de preparación de cara a la Liga que no de competición pura y dura.
El equipo se lo tomó en serio, pero no tenía la presión que por ejemplo si albergaba el Barcelona y ahí sucedió algo mágico y fue que esa plantilla empezó engrasar la maquinara desde el minuto cero y puso ya sobre el tapete el fútbol de que haría gala durante toda la temporada.
El plantel fue espectular al igual que el trabajo de Héctor Cúper, Eduardo Basigalup y Juan Manuel Alfano. Ellos tres eran la punta de la pirámide que hizo del Mallorca un club poderoso en lo deportivo y que se ganó el respeto tanto en España como en el resto de Europa.
La Supercopa de España marcó también el inicio de una campaña inolvidable donde la afición vibró tanto en el campeonato doméstico como también en Europa.
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