El duelo subterráneo

Real Mallorca y UD Las Palmas, estancados desde final de año, se enfrentan en Son Moix como los dos equipos de la Liga que más tiempo llevan peleados con la victoria

Mateu Morey cede el balón a un compañero ante Alberto Moleiro, jugador de Las Palmas, durante el partido de la primera vuelta. | CARLOS PÉREZ - PRENSA2

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El partido con el perfil más bajo de la Liga se juega este domingo en Son Moix. El Mallorca, algo rehabilitado después de su empate frente a Osasuna pero a la espera aún de una victoria que le conceda el alta, va a recibir en su estadio al único equipo que lleva tanto tiempo sin ganar como él: la Unión Deportiva Las Palmas. Una confrontación sobre la cuerda floja entre dos conjuntos muy castigados anímicamente en la que el empate no solucionaría nada.

Aunque habitan en niveles muy diferentes de la clasificación, Mallorca y Las Palmas llevan casi dos meses batallando por una victoria que les descargue un poco de peso de los hombros. Separados por ocho puntos, uno todavía cerca de las puertas de Europa y el otro en el recibidor del descenso, baleares y canarios llevan metidos en un atasco desde las navidades y el inicio de la segunda vuelta se ha convertido en una tortura para ambos.

La última jornada del 2024 (21 y 22 de diciembre) marcó el inicio de una depresión para Mallorca y Las Palmas. Los de Jagoba Arrasate conquistaban el Coliseum de Getafe para archivar la cuarta mejor primera mitad de curso de su existencia e instalarse en la quinta posición con solo un punto menos (30) de los que tienen ahora (31). Los de Diego Martínez superaban en su estadio al Espanyol (1-0) y cerraban el año con una serie de cuatro partidos en la que habían cosechado tres triunfos y un empate. Se acomodaban en la franja templada de la tabla y establecían una barrera de siete puntos con respecto al precipicio.

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A partir de ahí, a las plantillas isleñas se les han ido amontonando los problemas dentro y fuera del campo y ni siquiera encontraban alivio en la Copa del Rey, donde les despachaban rivales de inferior categoría en la ronda de dieciseisavos de final: Pontevedra y Elche.

Las Palmas, que en la búsqueda de la permanencia disparó muy pronto la bala del cambio de entrenador —Luis Carrión fue el primer técnico destituido de la temporada—, ha entrado en una espiral peligrosa durante el mes de enero y buscará en Son Moix algo a lo que agarrarse para recuperar algún peldaño y restaurar sus niveles de confianza, muy debilitados también por la baja de su capitán, Kirian Rodríguez, que la semana pasada anunciaba que sería baja para lo que resta de campaña por una recaída del cáncer que se le diagnosticó durante el verano de 2022. Para el partido de este domingo tampoco podrá contar con sus dos máximos goleadores, el lesionado Fabio Silva y el sancionado Sandro Ramírez (entre los dos suman 14 goles, la mitad de los que ha marcado el equipo), ni con Dario Essugo.

En el Mallorca esperan que tras desbloquear las cuentas con un empate insuficiente llegue el ansiado triunfo que regenere la piel de un plantel que la temporada anterior ya aprovechó la visita a Palma de la Unión Deportiva para resolver una pequeña crisis de identidad que se había desatado tras la final de la Copa del Rey al enlazar cinco partidos sin ganar. Un gol del uruguayo Gio González apagó el fuego (1-0).