El líder de la clasificación mundial arrancó mal, con un primer set que fue el peor que ha tenido en el Abierto de Río, y además se topó con un Andújar sólido en el saque y aún mejor en las devoluciones, que se llevó la manga inicial con mucha holgura.
Después despertó Nadal, recuperó la intensidad, la movilidad y la versatilidad de su juego, ganó el segundo set con mejor tenis pero sin dominar a Andújar, 40 del mundo, y el partido se decidió en un equilibradísimo tercer set que se alargó hasta una muerte súbita de infarto, que terminó 12-10 para el de Manacor tras dos horas y 47 minutos de juego.
A lo largo de la muerte súbita, la afición brasileña, que apoyaba mayoritariamente a Nadal, llegó a cambiar de lado y animó la bravura de Andújar a gritos de "Pablo, Pablo", aunque al final el triunfo fue del manacorí.
Andújar demostró hoy ante el número uno el buen momento de su juego y que alcanzó la semifinal por méritos propios. El tenista conquense jugó con intensidad y fue, por momentos, muy agresivo en las subidas a la red y certero con las dejadas, con las que hizo mucho daño a su rival durante todo el partido.
En el primer set Nadal estaba desconocido. No le salía nada al número uno del mundo, se le perdían los golpes directos, fallaba en el revés y tampoco sacó con la contundencia de la víspera, cuando ganó con facilidad los cuartos de final al portugués João Sousa.
Al otro lado de la red, Andújar, comenzó con un buen ritmo, con variedad de juego y la tensión de la que carecía en ese momento el de Manacor.
Andújar estableció un 2-0 al comienzo del partido, con una rotura de servicio, y más adelante volvió a romper el saque a Nadal otras dos veces en el primer set, para establecer un sorprendente 6-2.
En el último juego del primer set, Andújar dejó a cero a su adversario, encadenando en los tres últimos puntos una buena dejada, una bola afortunada que tocó en la red cambiando la trayectoria y un último fallo en una devolución de Nadal, tres bolas que fueron un resumen sucinto de lo que se vio en el primer set.
En la segunda manga evolucionó aunque lejos de la perfección: cometió diez errores no forzados, uno más que en la primera.
Con garra, el mallorquín salvó un punto de rotura en contra, le rompió el servicio a Andújar a continuación y se volvió a adjudicar su saque, ya con mayor holgura, con lo que abrió un parcial 4-1.
Con esa ventaja Nadal sufrió algún bajón puntual, como en el octavo juego, cuando Andújar se llevó su servicio dejando a cero a su oponente.
El tercer set fue equilibrado, el más disputado del partido. Cada jugador se llevó su saque, no con facilidad, hasta el séptimo juego, cuando Nadal logró romperle el saque al conquense (4-3), que a continuación rompería Andújar.
En un final emocionante, la disputa llegó a la muerte súbita y entonces, con la afición brasileña inclinada primero del lado de Nadal y después del de Andújar, el número uno del mundo levantó dos puntos de partido y se impuso por 12-10.
Nadal, aún no recuperado del todo de su lesión de espalda en el Abierto de Australia, jugará la final mañana a las 17.00 horas (20.00 GMT) contra el ucraniano Dolgopolov, 54 en el ránking, quien derrotó hoy al español David Ferrer, cuarto en la clasificación, por 6-4 y 6-4.
El ATP de Río, un nuevo torneo en el calendario de tierra batida, se disputa en el Jockey Club Brasileño y reparte unos 949.000 euros en premios.
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