El tenista mallorquín, que se casó hace apenas cinco días, dominó el tercer set desde el principio, pero Djokovic se rehizo y logró igualar la contienda. Ahí, Nadal dijo basta y se llevó el encuentro conocido como «Choque de Titanes» con una gran volea de revés (11-9).
Ni rastro de cansancio en las piernas del que se convertirá el próximo 4 de noviembre en el número uno del mundo después de que su rival de hoy cayera en los cuartos de final en Shanghái.
Nadal, que ya se había enfrentado al serbio en varios partidos de exhibición, disputó su último partido oficial el 21 de septiembre, lo que le permitirá llegar fresco al final de la temporada.
Djokovic aprovechó la ocasión para bromear con los recogepelotas e incluso invitó a jóvenes espectadores a saltar a la cancha a bailar.
El partido, que estuvo precedido por el himno de Kazajistán, España y Serbia, se disputó en el Barys Arena ante casi 12.000 espectadores, que pagaron desde 8 dólares a casi 10.000 dólares.
El expresidente y padre de la nación, Nursultán Nazarbáyev, presidió el encuentro entre Nadal y Djokovic, que fueron recibidos antes por el jefe de Estado kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev.
Este jueves por la mañana ambos jugadores, que se midieron hoy para ayudar mediante sus respectivas fundaciones a niños, inauguraron el nuevo Centro de Tenis de la capital kazaja.
Ahora, Nadal y Djokovic viajarán directamente a París para disputar el último Masters 1.000 de París-Bercy de una temporada que terminarán con las Finales de la ATP en Londres y las Finales de la Copa Davis en Madrid.
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