Se convertía Nadal en el segundo tenista capaz de ganar en París en el año de su debut, una puesta de largo que se retrasó dos años, tras no poder acudir por lesión en las ediciones de 2003 y 2004. Seguía el manacorí los pasos de Mats Wilander en 1982 y maravillaba a los Kuerten, Vilas o incluso al propio Wilander. La Philippe Chatrier veía por primera vez brillar y alzar la Copa de los Mosqueteros a quien domina quince años después su palmarés con enorme autoridad.
La recibió de manos de un ídolo, Zinedine Zidane, ante la presencia del rey Juan Carlos y recogiendo el testigo de quien hoy es su entrenador, Carlos Moyà, campeón en 1998.
Lo hizo tras derrotar en la gran final al argentino Mariano Puerta (6-7, 6-3, 6-1 y 7-5), la culminación de una senda en la que apartó de su camino al mismísimo Roger Federer en semifinales (3-6, 6-4, 4-6 y 3-6); en cuartos a su amigo David Ferrer (7-5, 6-2 y 6-0); en octavos, al francés Grosjean (6-4, 3-6, 6-0 y 6-3), y en las rondas anteriores, al también galo Richard Gasquet, al belga Xavier Malisse y al alemán Lars Burgsmüller.
De vuelta al vestuario, Nadal conversaba con Jaime Lissavetzky, entonces secretario de Estado para el Deporte en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Luego, y aún ataviado con la camiseta sin mangas verde y sus inconfundibles pantalones pirata blancos, se sentó junto a la Copa de los Mosqueteros. Dos invitados muy especiales se acercaron a felicitarle y acabaron haciéndose una foto con él: Guillermo Vilas y Gustavo Kuerten. Más tarde lo hizo Mats Wilander.
La de Roland Garros era la sexta victoria que amontonaba por entonces y en ese mágico 2005 Rafael Nadal. Antes que en París, había ganado en Brasil, Acapulco, Montecarlo, el Godó y Roma. Una gran carta de presentación sobre tierra batida para confirmar lo que muchos vaticinaban. Era su hora.
Nadal consideró ayer que «no valdría la pena arriesgar» en volver a jugar torneos si se da por seguro que habrá una vacuna para el coronavirus para finales de año, y demandó ser «pacientes y responsables». Las nuevas fechas de Roland Garros 2020, a caballo entre septiembre y octubre «lo cambian todo. La preparación y el clima. Tendré que adaptarme y si podemos jugar, intentaré tener la mejor preparación posible», aseguró.
3 comentarios
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Quan va començar la gent estava ilusionada de tenir un esportista d'èlit d'aquí, ara ja no és vist com un esportista, ara és un Nadal més, un privilegiat amb tentacles a les administracions
Con esta es la tercera noticia de este millonario que no sabe que hacer para llamar la atencion , estate una temporada calladito , pesado que eres muy pesado
... también recuerdo que algún tiempo antes tuvimos una compatriota de la que sentirnos orgullosos... estando en Francia me hablaban muy bien de aquella "joven españolita" que al grito de guerra "vamoss" se metía en el bolsillo al público de Rolang Garros... un recuerdo también para Arantxa