Nadal, durante el entreno de este viernes en Santa Ponça. | Pere Bota

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Rafael Nadal quiere estar en Wimbledon. Al menos, con esa intención viajará el próximo lunes rumbo a Londres para ejercitarse, aclimatarse y disputar alguna exhibición puntual tras responder positivamente el tratamiento de radiofrecuencia pulsada al que se ha sometido en los últimos días. Una solución que parece haber hecho efecto, pues a lo largo de esta semana se ha ejercitado sobre hierba en Santa Ponça, en las pistas que acogen del 18 al 25 de junio el ATP 250 Mallorca Championships.

El tenista de Manacor, ganador de 22 Grand Slams, ha explicado al acabar su sesión de trabajo junto a Feliciano López que «lo que se hizo en Barcelona no es una cosa inmediata, pero enseguida se perciben cambios, y yo los he notado. Las sensaciones son extrañas, siendo honesto. Me ha bajado el dolor articular que no me dejaba apoyar, pero con el tratamiento en el nervio ocurren cosas extrañas. A veces se me duerme una parte del pie u otra, tengo rampas. Es algo normal y en unas semanas el nervio se reorganiza y envía las señales adecuadas», comentaba ante una gran expectación mediática.

Es optimista Nadal, en los días previos a emprender rumbo a Londres. «Estoy contento. Llevo una semana sin ir cojo, que es importante. La evolución es progresiva a nivel de entreno y en mi día a día he sufrido dolores, diferentes a los que tenía, y eso es un avance. Ahora hay que esperar a ver cómo evoluciona», admitió prudente, pero a la vez confiado en el avance en sus molestias en el pie izquierdo, a consecuencia del síndrome de Müller-Weiss.

«Mi intención es intentar jugar Wimbledon, si hay posibilidad. Esta semana que he entrenado me dice que hay posibilidades», confesó con gesto confiado. «Mi intención es viajar el lunes a Londres. Mi idea es jugar, pero si las cosas no van como me gustaría, ya veremos. Iré a Londres, entrenaré, jugaré alguna exhibición en Hurlingham y me prepararé lo mejor que pueda», aseveró.

Esa prudencia le hace entender que «en medicina no hay cosas matemáticas. Se han hecho dos sesiones y la evolución, a mi modo de entender, es satisfactoria a día de hoy. Estos cinco días me ha permitido entrenar y es un avance y por eso tomo la decisión de viajar a Londres, que hace tres años que no juego, y ojalá pueda seguir con esa semana de entrenamiento así como quiero», prosiguió Nadal, quien a su vez quiso «agradecer al Mallorca Country Club que me haya permitido entrenar y el trato que me han dado. Soy afortunado», dijo.

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«Las sensaciones son buenas y me queda una semana para llegar competitivo. Jugar bien en Roland Garros me da confianza y tranquilidad, pero la hierba es una superficie difícil. Y con los años que hace que no juego en hierba, cualquier ronda es complicada y para mí, el comienzo del torneo va a ser vital», continuó el tenista de Manacor, quien dejó claro que la confianza la iría ganando con partidos y horas en pista. «Los rivales serán más difíciles con el paso de las rondas, pero cogiendo el ritmo, crece tu seguridad personal. En las primeras juegas contra gente que lleva más partidos en hierba y hay que intenta sobrevivir como sea», aseguró Nadal.

El cambio de superficie al verde de Wimbledon tras un largo periplo sobre polvo de ladrillo, sabe Rafael que «imprevisibles son todos los torneos. Sales a jugar contra un rival que también quiere ganar. En hierba, todo se magnifica y eso te da la idea de que es una superficie en la que ocurren cosas inesperadas. Por la longitud de la temporada de hierba y la cercanía de Roland Garros, es el torneo en el que tienes menos referencias», destacaba.

La posibilidad de completar el Grand Slam en un mismo año, tras ganar en Australia y Roland Garros, está sobre la mesa, pero Nadal es consciente de que no será misión asequible. «Desde Rod Laver, nadie lo ha hecho en la época Open y profesional. Djokovic estuvo cerca el año pasado. Y si no lo ha hecho nadie, es difícil pensar que yo lo haré con 36 años», dijo con una sonrisa en su rostro.

Regresando al campo profesional tras ese inciso en su vida personal, desgranó sus planes y agenda de futuro a corto y medio plazo, más allá de Wimbledon y mirando a la temporada de pista dura. «Lo que he hecho es jugar la primera semana de los Masters 1.000, que es Canadá, y a partir de ahí, se toman decisiones. Los últimos años sólo he jugado un torneo en la gira norteamericana y me ha funcionado bien. Y no soy partidario de cambiar las cosas si funcionan, pero aceptaré las cosas como vengan», refirió Nadal, quien desveló que su intención sería «jugar Wimbledon, descansar y jugar el Abierto de los Estados Unidos».

Tuvo palabras para el Mallorca Championships un Nadal para quien «a nivel personal, como mallorquín, tener un evento internacional en nuestra Isla es algo positivo, que te pone en el mapa y te da una promoción en lo deportivo». Y sobre su lugar en el calendario, comentó que «si es indispensable o no antes de Wimbledon, no sé, pero han venido jugadores de gran nivel y eso es una buena noticia, que torneos 250 disfruten de este tipo de jugadores, y de paso los aficionados mallorquines», concluyó.