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Las órdenes de los militares israelíes que asesinaron a tres palestinos en Nablús la semana pasada eran de capturar a los milicianos, «realizar una incursión y capturar a los hombres buscados», según los documentos militares a los que tuvo acceso el diario israelí Haaretz.

Sin embargo, desde el primer momento, testigos presenciales y, posteriormente, el testimonio de los propios militares confirmó que al menos dos de los miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, brazo armado de Al Fatá, fueron sacados desarmados y por la fuerza de sus casas y ejecutados.

El comando Duvdevan de la División de Judea y Samaria del Ejército israelí, responsable de las muertes de Adnan Subuh, Raad Sarkaji y Ghassan Abu Shreij, recibió el 25 de diciembre estas órdenes firmadas por el Comando Central del Ejército de Tierra israelí, horas antes de la operación contra los milicianos, tres de ellos presuntos responsables de la muerte, el día anterior, del rabino Meir Hai en el asentamiento judío de Shavei Shomron, al noroeste de Nablús.

Los mandos militares consultados por Haaretz subrayaron además que los militares no recibieron ninguna orden verbal posterior que pudiera justificar el asesinato de los palestinos.