Marc Masmiquel, propulsor de Arrecife Nereidas, junto a Josep Bedmar, Alex Masmiquel, Jorge Terrados, Inés Castejón y SerproSub.

En las profundidades del Mediterráneo se encuentra un mundo de vital importancia pero a menudo pasado por alto. «Somos animales terrestres, y por eso muchas veces ignoramos lo que no vemos, por ejemplo, lo que hay bajo el agua. Bajo la superficie del mar hay todo un mundo, en concreto una planta por la que el Mare Nostrum existe tal y como lo conocemos: la posidonia oceánica. Pero esta especie cumbre, está desapareciendo, a un ritmo muy alto. Este es el motivo por el que nos movemos, la base de Arrecife Nereidas. Hemos investigado, diseñado y fabricado un sistema para facilitar su restauración». Con estas palabra Marc Masmiquel, diseñador e investigador, explica la motivación de Arrecife Nereidas.

Un proyecto, creado por We Are Lab, que busca restaurar la posidonia, una planta marina esencial para el ecosistema del Mediterráneo. Masmiquel, explica que, «la posidonia es un organismo clave para el Mediterráneo. Sus praderas proporcionan refugio y alimento a una gran variedad de especies animales, incluyendo peces, moluscos y crustáceos. Además, la posidonia ayuda a la depuración del agua y a la protección de las costas contra la erosión. Paralelamente, ayuda a la formación de las playas, junto a la acción de las olas, las corrientes marinas y el viento. Captura de modo estable mucho CO2 y oxigena el agua». Y añade que, «esta especie está desapareciendo a un ritmo muy alto, fruto de la erosión antrópica y del incremento de la temperatura del mar».

Para combatir este problema, Masmiquel y su equipo han desarrollado un sistema de arrecifes artificiales utilizando tecnología de impresión 3D. Estos arrecifes están fabricados localmente en Mallorca con polímeros de origen vegetal 100% renovables y lana de roca, fabricada a partir de roca basáltica.

Los arrecifes artificiales de Nereidas no solo facilitan el plantado de la posidonia, sino que también proporcionan un hábitat para una amplia gama de organismos marinos. «Este proyecto permite una restauración con un grado de eficiencia muy alto, 500 plántulas en menos de dos horas de trabajo submarino, algo que hemos hecho gracias a la empresa de trabajos submarinos SerproSub. No obstante, la prevención y la vigilancia siguen siendo los principales métodos para protegerla», puntualiza Masmiquel.

La instalación de estos arrecifes ha empezado en zonas degradadas de alta erosión antrópica, ubicaciones donde por la construcción de puertos, diques, espigones y otras infraestructuras costeras el flujo de las olas y las corrientes se han alterado. «Nuestras estructuras –como todo arrecife– actúan como barreras frente al hidrodinamismo, y paralelamente facilitan la restauración de la biodiversidad».