En concreto, el proyecto propone un nuevo modelo de atención centrado en las personas que consumen drogas en Mallorca, Menorca e Ibiza, un segmento poblacional vulnerable con alto riesgo de infección por el virus de la hepatitis C (VHC) y con más dificultades para acceder a los servicios sanitarios habituales. En este sentido, la iniciativa busca simplificar y agilizar el diagnóstico y la atención del VHC para las personas que consumen drogas. Concretamente, se quiere llegar a los pacientes con antecedentes de consumo que son atendidos en las diferentes Unidades de Conductas Adictivas (UCA), a los usuarios de las unidades móvil de reparto de metadona, a usuarios de Projecte Home o a los que están en una de las prisiones de las Islas para hacer pruebas y vincular a las personas que consumen drogas con la atención del VHC, además de acercar los servicios asistenciales a estas poblaciones.
Según ha explicado la coordinadora del proyecto, la doctora Àngels Vilella, desde que se puso en marcha en abril de 2021 se han cribado 1.027 personas y, de estas, un 33 por ciento (339) presentaban anticuerpos de la hepatitis C. Asimismo, un 12 por ciento (124) fueron diagnosticadas con la enfermedad, lo que permitió iniciar el tratamiento en un 85 por ciento de los casos (106). De las 45 personas que han finalizado el tratamiento --y pasando las 12 semanas que marca el protocolo para determinar si han superado la enfermedad--, un 93 por ciento (42) se curó totalmente de la hepatitis C, «resultados que demuestran la efectividad de los medicamentos de última generación que se administran a las personas infectadas por el virus».
La consellera de Salud y Consumo, Patricia Gómez, se ha mostrado muy «satisfecha» de este proyecto, «sin precedentes en el Estado», y que permitirá que Baleares se posicione como una de las regiones que más pronto logrará el objetivo marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de erradicar la enfermedad antes de 2030. Este modelo de atención se ha implementado en los 17 centros de adicciones del archipiélago y consta de cuatro fases. La primera es la de reclutamiento y cribado de los pacientes con pruebas de diagnóstico rápidas e 'in situ', consistentes en un test rápido de saliva de detección de anticuerpos anti-VHC y un test de gota de sangre seca para confirmar la viremia. Seguidamente, se pasa a la prescripción telemática del tratamiento y la dispensación desde los centros de adicciones, hasta llegar a la tercera fase de vinculación a la asistencia sanitaria. Por último, se llevan a cabo controles posteriores al tratamiento de la respuesta viral sostenida a las cuatro y 12 semanas.
Las estrategias de diagnóstico y tratamiento 'in situ' del VHC llevadas a cabo por el nuevo modelo de atención son ampliamente aceptadas por esta población de riesgo, como alternativa al modelo habitual, y evidencian cómo pueden ser tratadas y curadas, según ha indicado la Conselleria. En este punto, han señalado que la prevalencia de infección activa (12 por ciento) detectada por el proyecto 'Hepatitis C Free Balears' «pone de manifiesto las carencias del modelo habitual con las personas con adicción a las drogas y la importancia de reforzar las estrategias para aumentar la vinculación de esta población a la asistencia sanitaria, para evitar así la pérdida de los pacientes y conseguir que sean tratados y, por lo tanto, lograr eliminación de la hepatitis C».