Se trata de un trastorno muscular que aparece por la mala posición del cuello al estar inclinado hacia adelante durante largos períodos de tiempo, y que puede producir dolor y rigidez cervical. Según los expertos, el peso medio de la cabeza de un niño ronda los 2 kilos y por cada dos centímetros que se incline hacia adelante, se duplica la presión ejercida sobre la columna cervical. Por ello, el uso prolongado de dispositivos móviles y la higiene postural incorrecta al utilizarlos ejerce una fuerte presión en la columna vertebral, que puede acarrear la aparición de patologías de mayor gravedad como la hernia discal.
Ante esta «enfermedad tecnológica», que afecta en gran medida a niños y adolescentes (casi un 90% de prevalencia en esta población), la GEER recomienda tener los dispositivos al nivel de los ojos y evitar mirar hacia abajo. Además, insta a descansar durante el uso de estos aparatos y practicar algunos ejercicios de estiramiento, así como mantener una postura erguida. Sobre el peso de la mochila, los médicos de la espalda sugieren que no exceda de entre el 15 y el 20 % del peso corporal, y se decantan por las que tienen cintas anchas ajustables. sugieren además que se coloque el material con más peso cerca del cuerpo en el interior de la mochila.
Los expertos detallan que más del 80 % de los dolores lumbares en niños y adolescentes -la segunda causa de consulta por dolor en atención primaria- es funcional, lo que significa que está relacionado con contracturas, malas posturas o vida sedentaria. Sobre los 9 ó 10 años la zona más dolorida es la dorsal, mientras que a partir de los 15 se equipara este dolor con el lumbar, indican la SEGG, al señalar que la zona cervical es la que menos dolencias produce, y cuando se manifiesta lo hace especialmente en niñas.