La naranja es conocida por su alto contenido de vitamina C, un nutriente esencial para la producción de colágeno, la proteína responsable de la elasticidad y firmeza de la piel. El colágeno no solo ayuda a mantener la piel tersa, sino que también contribuye a mejorar la circulación, un factor clave para reducir la apariencia de las ojeras. Además, la vitamina C actúa como un poderoso antioxidante, protegiendo la piel de los daños causados por los radicales libres, que pueden acelerar el envejecimiento y empeorar la pigmentación de las ojeras.
Incluir naranja en la dieta, ya sea en forma de fruta fresca o en jugo natural, aporta beneficios adicionales. Su contenido de agua ayuda a mantener la piel hidratada, otro factor importante en la reducción de ojeras y en la salud general de la piel. Además, la naranja contiene pequeñas cantidades de vitamina A, que es conocida por sus efectos regenerativos en la piel y su capacidad para combatir la sequedad y el aspecto apagado.
Otro beneficio de la naranja es su aporte de ácido fólico y potasio, dos nutrientes que contribuyen a la renovación celular. El potasio ayuda a regular los niveles de hidratación en el cuerpo, evitando la retención de líquidos y disminuyendo la hinchazón que a menudo acompaña a las ojeras. El ácido fólico, por su parte, es fundamental para la reparación celular y el crecimiento de tejidos sanos, lo que ayuda a que la piel se vea fresca y rejuvenecida.
Además de consumirla, algunos expertos recomiendan aprovechar la cáscara de naranja en tratamientos tópicos. El aceite esencial de naranja y las mascarillas caseras a base de su cáscara tienen propiedades exfoliantes y antioxidantes, lo que contribuye a mejorar el tono de la piel y a reducir la aparición de manchas y ojeras.