En esta línea, ha asegurado que se acelerará al máximo el expediente de modificación presupuestaria para llevarlo al pleno ordinario el próximo 14 de septiembre, y tras su aprobación, se transferirán las ayudas a los ayuntamientos de los municipios del entorno del Moncayo afectados por el fuego.
Sánchez Quero se ha expresado así tras la reunión convocada en el Monasterio de Veruela, y que ha presidido junto al consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, y a la que han asistido los alcaldes afectados.
El presidente de la institución provincial ha señalado que el equipo de gobierno se comprometió a que habría coordinación entre las distintas administraciones, a solicitar la declaración de zona catastrófica y a que los técnicos de la DPZ visitarían los municipios para ver qué infraestructuras estaban dañadas. «A día de hoy se han cumplido todas», ha zanjado.
«Ahora los técnicos elaborarán un informe para cuantificar los daños y cuando se estipule la cuantía nos haremos cargo al 100 por cien», ha garantizado Sánchez Quero.
Ha continuado al manifestar: «Desde la Diputación de Zaragoza no vamos a escatimar ni en dedicación, ni esfuerzo, ni en recursos económicos para reparar las infraestructuras municipales afectadas por las llamas y volver a la normalidad cuanto antes», reiterando su apoyo a los alcaldes y a los vecinos. «No están solos, detrás tienen a las instituciones», ha afirmado.
Además, durante la reunión el presidente de la DPZ ha informado de que la maquinaria del parque provincial ya trabaja en la zona. De hecho, desde este lunes un camión y una retroexcavadora se encuentran en Vera de Moncayo y una motoniveladora en Añón de Moncayo.
Igualmente, ha recordado que el pasado viernes se aprobó, por unanimidad, en la Junta de Portavoces de la Diputación de Zaragoza una declaración institucional que solicita al Gobierno central la aprobación de zona catastrófica y la tramitación «urgente» de las ayudas previstas para este tipo de catástrofes.
Limpiar el monte
Por otra parte, ha lamentado que el elevado número de tierras sin cultivar provoca un efecto de combustión, por lo que «entre todos, tanto desde la instituciones locales, comarcales, provinciales y el Gobierno de Aragón, tenemos que establecer unos planes de emergencia para intentar que el monte se limpie».
No obstante, ha opinado que la ganadería extensiva no es la solución, «porque habría que tener millones de cabezas de ganado para limpiar todo».
La idea es que a través de los ayuntamientos, la DPZ y el Gobierno de Aragón se desarrolle una política que permita ganar flexibilidad en aquellas tierras que se quieren labrar, intentando facilitar las labores a los agricultores que las quieran roturar.
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