«Los motivos de los abandonos son variados. Por lo que se observa, el aumento en el número de recogidas respecto a los últimos años podría estar también ligado a la pandemia. En los peores momentos del covid muchos fueron los que decidieron adoptar un perro y ahora deciden prescindir de ellos y en verano siempre se registran más abandonos», ha explicado la veterinaria del centro de protección
animal de la Diputación de Zaragoza, Elsa Martín.
Ha insistido en los beneficios de la adopción y en la necesidad de concienciar a la sociedad sobre esta práctica así como en la importancia de la difusión.
«Aunque en el centro cuidamos a los perros siguiendo todas las pautas, los animales lo que realmente necesitan es un hogar en el que poder crecer felices y una familia que les mime», ha señalado.
"El servicio de recogida y cuidado de los perros sin dueño que son localizados por los municipios de la provincia es uno de los muchos con los que la Diputación de Zaragoza da respuesta a los problemas de los ayuntamientos y de los vecinos, que a menudo nos llaman para solicitar que vayamos a recoger algún animal, ha comentado el diputado delegado del centro de protección animal de la DPZ, Miguel Sanz.
«Cada año, la institución provincial destina una partida presupuestaria a dar cobertura a este tema. Los perros son recogidos por el personal del centro, hasta donde se les lleva para cuidarlos e intentar encontrarles un hogar. Si continúa esta tendencia, la cifra de recogidas de este año será superior a la de años anteriores, por lo que continuamos insistiendo en la responsabilidad que supone tener una mascota y en la importancia de adoptar», ha detallado Sanz.
La Diputación de Zaragoza no cobra nada a quienes adoptan uno de los animales que se atienden en su centro. De esta forma se facilita el proceso de adopción, en el que la prioridad es fomentar las adopciones responsables y con todos los requisitos legales.
Cifras
En los últimos seis años, desde 2016 hasta la actualidad, este servicio ha recogido a un total de 1.585*perros*y ha logrado encontrar un hogar para 1.561 canes. «Esto demuestra que el sistema que se ha implantado para buscar una familia a todos los*perros*de nuestro centro sigue funcionando con garantías, de hecho la tasa de adopciones del centro ha llegado a índices del cien por cien en alguna ocasión», ha indicado Sanz.
No obstante, al mismo tiempo ha señalado que hay animales «a los que no logramos darles una salida tan rápida, especialmente los perros potencialmente peligrosos (PPP), para cuya posesión se necesita licencia, lo que complica y ralentiza su proceso de adopción a pesar del apoyo fundamental que prestan las asociaciones animalistas».
El año pasado se han recogido 208 perros y se han dado en adopción 2017. El año 2020, el covid provoca que tanto las recogidas (164) como las adopciones (166) experimenten un descenso con respecto a años anteriores. En 2019 son 240 los animales que se recogen por la provincia, y 230 aquellos a los que la DPZ logra encontrar un hogar; en el caso de 2018 se atiende a 263 perros y se da en adopción a 266; en 2017 llegan a 264 las entradas y 304 las salidas; y en el caso de 2016, 251 y 267, respectivamente.
Chip obligatorio
El centro de protección animal de la Diputación de Zaragoza se pone en marcha en 1994 para hacer frente al problema de salud pública de los perros vagabundos. Como la gran mayoría de los municipios no tenían recursos para resolverlo, la institución provincial aprobó un convenio marco al que están adheridos casi la totalidad de las localidades de la provincia --la capital tiene su propia recogida--.
Los ayuntamientos son los únicos que pueden solicitar la retirada de animales abandonados o sin dueño. No obstante, si un vecino quiere entregar el suyo, tiene que hacerlo previo visto bueno de su consistorio y sabiendo que debe pagar una tasa de 57,5 euros y que además no se aceptan perros gravemente enfermos.
Cuando se recibe un aviso de recogida, los técnicos del centro de protección animal se trasladan al municipio, lo capturan y lo llevan a las instalaciones de Movera. Si porta el chip obligatorio, se intenta localizar al dueño, que además de tener que pagar una tasa de 80 euros para llevárselo se enfrenta a una posible sanción administrativa. Si no es posible contactar con el propietario, el perro pasa a manos de la Diputación.
Tanto esos animales como los que no llevan chip, que son la gran mayoría, son inscritos a nombre de la institución provincial en el Registro de Animales de Compañía de Aragón. Para entonces, ya han sido atendidos por los veterinarios, ya que a todos los*perros*se les hace una exploración nada más llegar, se les curan las enfermedades o heridas que puedan presentar, se les desparasita interna y externamente y se les vacuna.
Una vez dados esos pasos, comienza el proceso de búsqueda de dueños para los perros. Normalmente, son adoptados a corto o medio plazo, aunque algunos llegan a pasar muchos meses en el centro. Pese a todo, incluso los casos más complejos se suelen resolver gracias a la colaboración de las sociedades protectoras de animales.
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