La familia del joven desaparecido en enero de 1992 en Guadix (Granada) ha podido dar sepultura en el cementerio de San José de esta ciudad de la provincia a sus restos mortales, aparecidos hace meses en una cueva, donde habrían sido enterrados tras al parecer haber sido asesinado en aquellas fechas, y posteriormente identificados con base en su material genético.
Según ha adelantado esta semana el diario Ideal, la familia ha podido así cerrar este capítulo luctuoso de su historia después de que, según ha confirmado Europa Press en fuentes de la Guardia Civil, la Benemérita le hiciera entrega de los restos de este joven.
Tras la aparición de estos restos en una cueva de la zona, la Policía Judicial de la Guardia Civil abría una investigación, en la que desde el principio ha habido indicios de muerte violenta, si bien la búsqueda de un posible asesino no se puede activar al prescribir este tipo de delitos en 20 años, han especificado estas mismas fuentes.
Aunque en la cueva, donde también había residuos de cartuchos o perdigones, aparecieron documentos personales, los restos mortales han estado en los últimos meses en el Instituto de Medicina Legal en tanto se han concluido los trabajos de identificación de ADN, que han confirmado los indicios sobre su correspondencia con el cadáver del joven desaparecido en 1992.
En los últimos días, el Instituto Armado podía entregar a la familia los restos, que ya descansan en el cementerio de Guadix, en cuyo término al parecer habría muerto violentamente, y sido arrastrado luego a la cueva para ocultarlo allí en lo que han terminado siendo tres largas décadas para sus allegados.
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