Urkullu ha realizado esta reflexión durante su intervención en el 60 aniversario de la empresa Eldu, celebrado en el Euskalduna de Bilbao. Transcurridos cinco años desde que ETA anunciara que ponía fin a su existencia, ha afirmado que su legado han sido «miles de personas víctimas de su persecución, extorsión, chantaje, dolor y muerte». «Su legado es una sociedad sufriente, una convivencia necesitada de ser resteñada», ha indicado.
El Lehendakari ha señalado que el recuerdo del Gobierno Vasco está hoy con las víctimas, y ha añadido que su exigencia se centra en el «necesario reconocimiento del dolor injusto causado», que tiene que ser «sincero y honesto» para «contribuir a la convivencia y a que algo así no vuelva a ocurrir jamás».
A su juicio, se debe también «un reconocimiento para con las personas, para con las empresas, para con la sociedad vasca, que, pese a ello, ha hecho que Euskadi sea lo que hoy somos».
Iñigo Urkullu ha asegurado que la responsabilidad es «aprender bien lo vivido», y ha añadido que quieren construir un futuro «basado en la paz y la convivencia». Por ello, cree que sería una «aportación imprescindible» en un día como hoy «reconocer todo el daño injusto causado».
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