Irene Montero participa en un acto electoral en Lekuona de Renteria | UNANUE EUROPA PRESS

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La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha condenado «rotundamente» los «ataques y agresiones racistas» al jugador del Real Madrid, Vinicius y ha pedido un «gran cordón social frente al racismo y frente a la xenofobia». A su juicio, este tipo de actitudes son consecuencia de la normalización «de los discursos de odio, de los discursos racistas, de los discursos xenófobos como se veía hacer el otro día Ana Rosa Quintana, una presentadora del prime time».

Irene Montero ha realizado estas manifestaciones en Errenteria a donde se ha desplazado para participar en un acto electoral, donde se ha referido a los insultos racistas vertidos contra el delantero del Real Madrid Vinicius Junior en el partido contra el Valencia en el Mestalla al que, según denunció el jugador, le llamaron «mono».

La ministra de Igualdad ha condenado «rotundamente» los «ataques y las agresiones racistas» a Vinicius y ha lamentado que sean agresiones que se repiten «desgraciadamente de forma habitual en diferentes ámbitos deportivos».

Montero cree que es consecuencia de la normalización «de los discursos de odio, de los discursos racistas, de los discursos xenófobos», como, a su juicio, «se veía hacer el otro día Ana Rosa Quintana, una presentadora del prime time en España», tras asegurar, cuando recogía la Medalla de Oro de Madrid, que se había criado en «el barrio obrero» de Usera «antes de que fuera Chinatown».

La ministra ha manifestado que «normalizar y banalizar los discursos de odio, los discursos negacionistas de la violencia contra las mujeres y los discursos racistas, tiene consecuencias».

La titular de Igualdad Montero ha insistido en que «lo más importante» es que se deje de «banalizar y de tener connivencia, de normalizar, de legitimar los discursos de odio, los discursos racistas, los discursos xenófobos que desgraciadamente se están dando por personas muy conocidas en nuestro país en espacios de prime time».

«Las últimas declaraciones que hemos visto de Ana Rosa Quintana, que es una presentadora que tiene un enorme espacio en uno de los principales grupos mediáticos de este país, son intolerables. Si normalizamos, banalizamos y legitimamos el racismo y los discursos de odio desde las instituciones o desde los poderes mediáticos, eso después tiene consecuencias en la vida de la gente, en la vida de las personas racializadas», ha añadido.

"gran cordón social"

Por ello, cree que hay que ser capaces de que «haya un gran cordón social frente al racismo, frente a la xenofobia y que proteja la sociedad» española, que es una «sociedad diversa y que respeta a todo el mundo, sea cual sea el color de su piel».

Ha recordado que esta legislatura han puesto en marcha el teléfono 021 que permite dar asesoría a todas las personas racializadas «que puedan sufrir una agresión racista, xenófoba y que pueden contar con las instituciones».

«Nos queda mucho por hacer, eso es evidente, sigue existiendo racismo en nuestra sociedad, pero también estamos poniendo en marcha mecanismos institucionales para que las instituciones sean »lugares seguros« para las personas racializadas. También ha pedido la colaboración de la ciudadanía para que, cuando se vea »una actitud o un comportamiento machista o racista« se sea capaz de »ponerle freno".

«De decir hasta aquí, no vamos a tolerar el racismo, la xenofobia, el machismo, el capacitismo en nuestra sociedad porque somos una sociedad diversa e inclusiva donde no toleramos la discriminación», ha concluido.

Sobre las medidas que se pueden adoptar para combatir el racismo en el mundo del fútbol, Irene Montero ha indicado que hay mucha normativa y la ley que regula la violencia, la xenofobia, el racismo o cualquier otra actitud discriminatoria en el deporte. Ha añadido que hay mecanismos institucionales que «desgraciadamente, a veces, se usan poco para poder combatir el racismo en el deporte».

En su opinión, además de los elementos sancionatorios que «deben existir y deben estar presentes y así están regulados en la ley» porque, según ha añadido, no sería la primera vez que, ante un caso de racismo, se han dirigido a los órganos competentes para poder ver qué mecanismos «para cada caso concreto se pueden desplegar», cree que se debe desarrollar una «tarea social de prevención y de sensibilización porque »el racismo no es un problema puntual, es un problema estructural de la sociedad".

La ministra cree que se necesita «mucho más que acción institucional, y, además de otras cuestiones, ha remarcado que es preciso »un trabajo social profundo para dejar de tolerar, dejar de normalizar, dejar de legitimar los discursos racistas, pararles los pies a la normalización de esos discursos y poder, por tanto, construir sociedades en las que nadie por el color de su piel, por su origen, por su procedencia, pueda ser discriminado".