Arantxa Sánchez Vicario saliendo del juzgado este martes | David Oller - Europa Press

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La extenista Arantxa Sánchez Vicario ha asegurado que su entonces marido Josep Santacana fue el responsable de gestionar su patrimonio desde 2009, en el juicio contra ambos por supuesto alzamiento de bienes que este martes ha comenzado en el Juzgado de lo Penal 25 de Barcelona.

Visiblemente nerviosa --ha llorado durante su declaración y ha pedido agua-- afronta una petición fiscal de cuatro años de cárcel por ocultar presuntamente su patrimonio a través de un testaferro para evitar pagar al Banco de Luxemburgo una deuda de 7,5 millones de euros, y el ministerio público pide la misma pena para Santacana.

En un principio estaba previsto que la acusada prestara declaración el día 15, pero ha solicitado poder adelantarla, por lo que la juez le ha permitido intervenir este martes.

También le ha concedido ausentarse de la sala de vistas hasta ese día para ejercer su derecho a decir la última palabra antes de que quede visto para sentencia el juicio, que se celebra hasta el viernes.

Le cedió sus poderes

«Yo no sabía gestionar. Yo me dedicaba a jugar al tenis. Siempre me he fiado de las personas que tenía alrededor, en aquel momento, mi marido que estaba a mi lado», ha declarado Sánchez Vicario, quien ha explicado que, en un principio, era su padre quien gestionaba su dinero, pero posteriormente cedió sus poderes a Santacana.

«Me he equivocado y por eso estoy aquí», ha añadido, tras precisar que solo tiene estudios de Bachillerato y que, hasta 2009, momento en que Santacana asume el control de sus cuentas, había acumulado un patrimonio de más de 20 millones de dólares gracias a su carrera deportiva.

"esfuerzo estratosférico" para pagar

La extenista ha asegurado que su ya exmarido nunca le informó de esas gestiones y que ahora está haciendo un «esfuerzo estratosférico» para pagar al banco lo que le debe.

Incluso ha destinado hasta 600.000 euros procedentes de los premios que le corresponden como medallista olímpica.

Actualmente vive en Miami (Estados Unidos), da clases de tenis y, con ayuda de sus amigos, intenta completar ese pago.

La extenista ha dicho que ha pagado ya 1,9 millones de euros al Banco de Luxemburgo.