Los hechos tuvieron lugar el pasado mes de enero cuando una persona llamó al Puesto de la Guardia Civil de Burriana solicitando hablar con el Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) y les relató que se había encontrado una perra de tamaño mediano en un estado de salud deplorable y que apenas se mantenía en pie debido a lo escuálida que estaba, por lo que se la llevaba a su casa para prestarle ayuda y proporcionarle los cuidados necesarios.
De inmediato los guardias civiles acudieron al domicilio del llamante y pudieron comprobar que a la perra le habían seccionado varias piezas dentales y otras arrancadas de raíz con unos alicates.
Cuando los agentes realizaron las gestiones oportunas localizaron al dueño del can, el cual manifestó de forma espontánea que la perra se le había extraviado, pero no deseaba recuperarla, sino que se la cedía de forma voluntaria al rescatador
Tras la toma de declaración del imputado así como otras gestiones más técnicas obtenidas gracias a la colaboración de la Unidad Técnica de la Unidad Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) de la Guardia Civil, se deprendió que la perra probablemente hubiese sido abandonada en circunstancias en las que se puso en peligro su vida, con una dieta insuficiente e inadecuada para la dentadura mutilada del animal durante el tiempo de convivencia con su propietario y agravada en el tiempo que ha estado abandonada o extraviada.
Finalmente, Sultana, que así se llama la perra, ha sido adoptada por su rescatador que cada día le proporciona comida triturada y «mucho cariño» y poco a poco está recuperando su peso normal.
Las actuaciones han sido realizadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) del Puesto Principal de Burriana y las diligencias instruidas han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción número 6 de Nules.
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