Archivo - Decenas de personas durante una manifestación contra la tala de árboles en Arganzuela | Fernando Sánchez - Europa Press - Archivo

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El paisaje y subsuelo afectado por las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro de Madrid ha entrado en la Lista Roja del Patrimonio que elabora Hispania Nostra por la «pérdida irreparable y muy significativa de bienes de gran transcendencias para el patrimonio madrileño» tanto de valor ecológico como cultural que conllevaría.

Esta lista recoge más de 1.500 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores clasificados por colores en función de su estado de conservación --negra (17), roja (1.332) y verde (221)--.

El último proyecto para prolongar la L11 de Metro entre Plaza Elíptica y Conde de Casal acaba de recibir la Declaración de Impacto Ambiental positiva, con una afectación total de 676 ejemplares de arbolado que serán talados y la desaparición de 48.170 metros cuadrados de zonas verdes.

Para Hispania Nostra, pese al buen estado de conservación de la arboleda, «la integridad física de los bienes naturales se encuentra en peligro y riesgo total de desaparición». En este sentido, advierte que el impacto medioambiental en las zonas afectadas «sería irremplazable, talando arbolado centenario y especies emblemáticas» e «imposibilitando a su vez la plantación de nuevos árboles al hormigonar de manera definitiva la zona».

«Los 676 árboles que se prevén talar conforman un bosque urbano que tarda años en crecer, un patrimonio medioambiental en una megaciudad como Madrid, donde la calidad del aire está en ocasiones en niveles muy bajos, con efectos de isla de calor y pocos sumideros naturales de CO2 que puedan absorber toda la contaminación que se produce en los barrios afectados», advierte la asociación.

Hispania Nostra recuerda los beneficios que aportar a la ciudad como la capacidad de aportar sombra, evapotranspirar agua en cantidad para favorecer la lluvia, echar raíces que ayuden a la permeabilidad del suelo y la recarga de acuíferos, ejercer como sumideros de carbono efectivos y atrapar las partículas de contaminación.

Paisaje de la luz

Parte de esos conjuntos arbóreos afectarían a elementos urbanos singulares protegidos dentro del Catálogo de Elementos Protegidos Elementos Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) y bienes incluidos en la zona de amortiguamiento del Paisaje de la Luz.

El Paisaje de la Luz, incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en julio de 2021, cuenta con el primer paseo arbolado de Europa construido dentro de los límites de la ciudad, creado a mediados del siglo XVI, así como la alameda que se conformó alrededor del palacio del Buen Retiro en el siglo XVII.

Además de la desaparición de jardines enteros en distintos barrios madrileños, remarca, las obras conllevarán la tala de árboles centenarios en el tramo de Atocha y Conde de Casal, entre ellos todos los de la acera impar del Paseo Infanta Isabel, plátanos de gran envergadura que llegan a medir hasta 30 metros de altura.

También la casi completa desaparición del Jardín de Jimena Quirós, enclave que cuenta con un nivel 3 de protección en el Catálogo de Elementos Protegidos del PGOUM, y que está compuesto por cedros centenarios de gran porte, maduros y sanos.

Asimismo, en la última Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada se sigue ubicando una nueva estación en el Parque de la Arganzuela, que goza de protección 2 en las Normas Urbanísticas de Madrid al estar catalogado como de «interés singular», con 22 ejemplares de la hilera de árboles de la especie Platanus Hispanica afectados.

Desde la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras han indicado que antes de proceder al apeo de los árboles situados en las zonas de las estaciones de Comillas, Madrid Río y Atocha, solicitará el dictamen de la Comisión para la Protección del Patrimonio Artístico y Natural.

Fuentes de la Consejería de Transportes indicaron a Europa Press que se está estudiando la recomendación de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de no alojar la subestación eléctrica en los jardines de Palestina y dejar libre de afectación dicha zona, lo cual implicaría la reducción de 45 árboles afectados.

Aguas subterráneas

La asociación también alude al dique de más de 140 metros de longitud y 35 de profundidad que el proyecto de ampliación de la estación de Atocha prevé construir en el límite inferior del Paisaje de la Luz, «caracterizado por su riqueza de aguas subterráneas con numerosos arroyos situados a menos de 10 metros de la superficie».

«Es una zona de gran confluencia de aguas subterráneas como las grandes vaguadas de Castellana o Abroñigal, así como una variada geografía de barrancos, lomas, lagunas, arroyos, escorrentías o vertientes, que dirigen el flujo de agua a través de Madrid desde la sierra hacia la meseta manchega», explica la asociación.

En este sentido, recuerda que un análisis preliminar realizado en 2023 sobre los impactos en el subsuelo de la ampliación de la L11 muestra un posible problema en todo el subsuelo de la zona Atocha-Retiro al modificar el nivel freático de aguas subterráneas.

«No existe una modelización hidrogeológica detallada en el proyecto de ampliación ni se dan previsiones al impacto de la implantación del dique previsto, especificando si se modificarán los cauces, se drenará todo el agua o, por el contrario, no se llevará a cabo ninguna de estas acciones. Este último hecho podría ocasionar una subida del nivel freático de aguas --profundidad a la que se encuentra el agua subterránea en un acuífero-- de forma no controlada y afectar incluso a las cimentaciones de los edificios cercanos al metro», advierte.

Tras la última Declaración de Impacto Ambiental, el departamento que dirige Jorge Rodrigo ya anticipó que el proyecto modificado definitivo, para cuya elaboración se prevé un plazo de seis meses, añadirá un estudio hidrogeológico que se incorporará a dicho texto, con el fin de dotarlo de un informe técnico pormenorizado de las condiciones del terreno sobre el que se ejecutarán las obras.

En su argumentación para incluirlo en esta lista, Hispania Nostra subraya así que las obras conllevarían una «pérdida irreparable y muy significativa de bienes de gran trascendencia para el patrimonio madrileño, afectando tanto al patrimonio natural (de gran valor ecosistémico) como cultural, con las consiguientes consecuencias a nivel social y medioambiental que tendría».

«La supresión de zonas verdes del centro urbano de la capital se traduce en mayor dificultad para afrontar las altas temperaturas en las temporadas estivales, así como la carencia de espacios de ocio al aire libre para el disfrute ciudadano», añade.

Igualmente, apoya su decisión en que esta actuación supondría el incumplimiento de diversos acuerdos y normas, entre los que cita la Norma Granada, el método de valoración ornamental más utilizado en España y que goza de «gran reconocimiento internacional», que establece que el valor de un bien no reside únicamente en su mera existencia, sino que depende de la edad, la especie y su localización.

«Resulta insuficiente la plantación de nuevos árboles o la sustitución de arbolado en un espacio declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad como el Paisaje de la Luz», ha indicado Hispania Nostra, que recalca que estos conjuntos quedan amparados igualmente por otras legislaciones, como la Ley de Montes o la Ley de Protección y Fomento del Arbolado Urbano de la Comunidad.

La Consejería ha planteado trasplantar 203 del total de 879 árboles afectados por las obras, la restauración inmediata de las áreas impactadas, la instalación de pantallas acústicas y diversas condiciones durante la fase de construcción destinadas a reducir el impacto ambiental en su totalidad.