Archivo - Detalle de la fachada principal de la Audiencia Provincial de Sevilla | Joaquin Corchero - Europa Press - Archivo

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Un jurado popular enjuiciará a partir del 12 de enero de 2024 en la Audiencia de Sevilla a un varón acusado de dejar morir a su madre enferma en el mes de agosto de 2022 en una vivienda de la capital hispalense, hechos por los que la Fiscalía reclama para él 17 años de cárcel por un presunto delito de homicidio, ya que considera que, desde que la mujer tuvo que permanecer en una cama, el investigado «desatendió sus necesidades más elementales, dejando de procurarle alimentos, líquidos y cuidados», lo que desembocó en su fallecimiento.

De esta manera, el juicio comenzará el día 12 de enero con la constitución del jurado popular, tras lo que el día 15 tendrán lugar la presentación de las alegaciones previas por las partes personadas, la declaración del acusado y de varios testigos; el día 16 comparecerán más testigos, y el día 17 lo harán los peritos.

En su escrito de acusación, el Ministerio Público reclama para el acusado, identificado como J.P.F.R., un total de 17 años de prisión por un presunto delito de homicidio con agravación de especial vulnerabilidad de la víctima, considerando que, en el momento de los hechos, el investigado no presentaba ninguna alteración psíquica que interfiriera en sus capacidades intelectivas o volitivas, siendo «perfectamente capaz de identificar el precario estado de salud que presentaba su madre, la irreversibilidad del mismo y el probable desenlace fatal, teniendo capacidad de conocer y querer tal resultado de fallecimiento».

La Fiscalía relata en su escrito que la víctima, de 88 años de edad, vivía sola en un piso en la capital hispalense, padeciendo desde hacía años problemas de salud que conllevaron que en el año 2005 se le practicara una colostomía, teniendo además antecedentes médicos de hipertensión arterial y diabetes.

En este sentido, la fallecida contaba como única familia directa con su hijo, quien desde la operación acudía a visitarla con frecuencia a su piso y se encargaba de su atención, «pese a lo cual no la llevó a ningún médico o centro de atención sanitaria desde 2006».

En este sentido, el Ministerio Público añade que, desde unas tres semanas antes del 17 de agosto de 2022, la víctima se «encamó» en su piso, «perdiendo toda movilidad y deviniendo totalmente dependiente para las actividades de la vida diaria», de forma que «necesitaba de movimientos posturales en la cama que se omitieron por parte del acusado, provocando que le fueran apareciendo úlceras de decúbito que se fueron profundizando».

La Fiscalía indica que, pese a que el acusado ya iba a visitarla prácticamente todos los días desde hacía al menos un mes y era «consciente» del deterioro físico y psíquico de su madre, «desde su encamamiento, y pese a tener capacidad para cuidarla y ocuparse de ella, desatendió sus necesidades más elementales, dejando de procurarle alimentos, líquidos y cuidados, de asearla, de cambiar su posición de la cama, de colocarle bolsas en la colostoma para la recogida de las heces, de limpiar su entorno y de limpiarle sus heridas, sin acudir tampoco a servicios sociales o sanitarios o llamar a un médico o a un teléfono de emergencias o asistencia domiciliaria para que la atendieran», todo lo cual «desembocó, como resultado previsible y evitable, en el fallecimiento» de la mujer.

Al hilo, precisa que la víctima falleció entre las 10,00 y las 12,00 horas del 17 de agosto de 2022 a consecuencia de un fallo multiorgánico secundario a deshidratación y desnutrición severas y a sobreinfección de úlceras, siendo el mecanismo de la muerte «la omisión de alimentación, hidratación y cuidados elementales en una persona encamada y totalmente dependiente, cuidados que solo podía y debía procurarle su hijo, el acusado, al ser su único familiar directo y el único que la visitaba y que conocía su situación».

La Fiscalía agrega que, tras el fallecimiento de su madre, el acusado dio aviso en la tarde del mismo día a Emergencias 112 informando del deceso, de forma que, una vez personados en el domicilio de la fallecida, los servicios sanitarios y la Policía pudieron comprobar que la mujer «había fallecido en condiciones inhumanas, encontrándose la vivienda en lamentables condiciones de salubridad, con insectos, sin limpieza y con un olor nauseabundo», mientras que el cadáver de la víctima «se hallaba sobre el colchón de la cama, sin sábanas, con una almohada sucia bajo la cabeza y rodeado y cubierto de heces y suciedad».

Para finalizar, el Ministerio Público afirma que el cadáver «presentaba marcados signos de deshidratación y desnutrición, múltiples úlceras con olor fétido secundarias al decúbito prolongado y a la ausencia de movilización y cuidados posturales (...)», resaltando que las lesiones existentes en el cadáver «presentaban claros signos de vitalidad, indicativos de su producción en vida de la fallecida».