La Fiscalía de Barcelona ha reclamado una condena de nueve años de cárcel para el futbolista Dani Alves por presuntamente agredir sexualmente a una joven en la discoteca Sutton el 30 de diciembre de 2022.
En el escrito de acusación, consultado este jueves por Europa Press, el fiscal también reclama una indemnización de 150.000 euros, que el jugador ya ha depositado, para la víctima en un escrito que ha presentado después de que la semana pasada la Audiencia de Barcelona envió el caso a juicio una vez terminada la fase de instrucción.
Esa noche, Alves estaba con un amigo en un reservado de la discoteca, de la que era cliente habitual, concretamente en una mesa separada del resto por una cadena y que tiene «acceso exclusivo a la llamada 'Suite»: la puerta junto a esa mesa da a un pasillo donde hay un acceso a un pequeño lavabo y unas escaleras que suben a una sala con un sofá, televisor y nevera.
La denunciante había ido a la misma discoteca con su prima y una amiga, primero estaban en la sala general y entraron al reservado invitadas por otros clientes que estaban allí.
Alves y su amigo pidieron a un camarero del local que invitara a la denunciante y sus amigas a tomar una copa de champán con ellos, algo que ellas rechazaron al principio pero finalmente accedieron «ante la insistencia, pues se les reiteró en una segunda ocasión».
El futbolista, que tenía en su mesa una botella de 1,5 litros de champagne rosado, invitó a las jóvenes a una copa y los cinco estuvieron bailando y charlando en la zona de la mesa VIP.
Ella le apartaba la mano
Durante ese rato, expone la fiscal, Alves estuvo pendiente de la denunciante «todo el tiempo, abrazándola y acercándose a ella, y en dos ocasiones estando situado tras ella le agarró la mano y se la acercó a la zona de su pene, apartando rápidamente la mano» ella al darse cuenta.
Cuando las jóvenes llevaban unos 20 minutos en la mesa de Alves, él entró por la puerta que está junto a la mesa y da acceso a la 'Suite', y dos minutos después se asomó por la misma puerta y pidió a la denunciante que fuera con él, para lo que le cedió el paso y entró tras ella, que no sabía cómo era el espacio.
Una vez cruzaron la puerta, Alves presuntamente «la introdujo en el pequeño aseo que se encuentra en el pasillo, cerrando tras ellos la puerta para impedir que la mujer pudiera marcharse de allí», por lo que la joven le pidió que la dejara salir, pero el futbolista presuntamente se negó y empezó a manosearla.
AGRESIÓN EN UN LAVABO
La fiscal expone en su escrito que Alves presuntamente tiró del pelo a la mujer, la hizo caer al suelo de rodillas, intentó obligarla a hacerle una felación, a lo que ella se resistió, y «le propinó varias bofetadas en la cara mientras le exigía en múltiples ocasiones que dijera 'soy tu putita'».
La mujer insistió a Alves en que la dejara marchar, a lo que no accedió, y «ante la actitud violenta que éste mostraba, se sintió impresionada y sin capacidad de reacción, llegando a sentir que le faltaba el aire dada la situación de angustia y terror ante lo que estaba viviendo».
Luego, Alves la levantó del suelo y la violó presuntamente en el mismo aseo «hasta eyacular dentro de ella, sin usar preservativo y sin su consentimiento», y después se fue, dejó a la chica en el baño y no volvieron a hablar porque ella se fue con su prima sin despedirse del futbolista.
Cuando las mujeres iban hacia la salida, la denunciante rompió a llorar y la atendieron trabajadores de Sutton, que activaron el protocolo de agresiones sexuales, y cuando se iban Alves y su amigo se cruzaron con la denunciante y sus amigas pero no les dijeron nada.
10 AÑOS DE LIBERTAD VIGILADA
Además de los nueve años de cárcel y la indemnización, que también reclama la víctima, la fiscal exige que al futbolista se le imponga una orden de alejamiento durante 10 años y que, una vez salde su pena de prisión, pase 10 años en libertad vigilada.
En un comunicado este mismo jueves, la Fiscalía de Barcelona ha explicado que se opone a que el jugador esté en libertad provisional hasta el juicio, como pidió su defensa, y considera que debe seguir en prisión provisional, donde está por esta causa desde el 20 de enero.
La Fiscalía cree que aún hay riesgo de que Alves se fugue antes del juicio para esquivar la condena que se le puede imponer, un riesgo que considera se sustenta en la falta de arraigo del futbolista en España y en su capacidad económica, que le permitiría cambiar de país con facilidad.
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