Juicio de la denominada 'patada en la puerta' | Europa Press - EUROPA PRESS

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La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto de un delito de allanamiento de morada a los dos agentes de la Policía Nacional que accedieron en marzo de 2021 con un ariete en un piso de la calle Lagasca para disolver una fiesta ilegal en una sentencia en la que tacha de «repudiable» la actitud de los jóvenes ante el contexto en el que se produjo de plena pandemia con miles de muertos en toda España.

Así consta en una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que los magistrados exoneran a los policías, uno de ellos el jefe del operativo policial, conforme al veredicto de inocencia que dictó por unanimidad el jurado popular que enjuicio lo hechos.

La vista oral arrancó con seis policías en el banquillo a instancias de la acusación particular, que ejerce el letrado Juan Gonzalo Ospina en representación del inquilino de la vivienda. La fiscal les imputaba inicialmente un delito de allanamiento de morada en su modalidad de error de tipo vendible, por lo que solicitaba su absolución.

El visionado de las grabaciones llevó a la acusación particular a retirar la imputación a cuatro de los agentes, al igual que a la fiscal que eximió a los seis. El abogado del morador mantuvo la imputación al subinspector al mando y a otro subordinado.

El tribunal de jurado determinó que los agentes estaban plenamente legitimados, pese a carecer de orden judicial, para actuar como lo hicieron al haber incurrido los asistentes a la fiesta ilegal en un delito flagrante de desobediencia grave a la autoridad.

Los miembros del jurado declararon probado también por unanimidad que los agentes se sirvieron del ariete reglamentario del que estaba provista la dotación policial para abrir la puerta, después de intentarlo valiéndose primero del método del resbalón y después intentado desmontar la cerradura con unas tenazas.

La sentencia abunda en que «aun cuando no sea la actitud del propietario de la vivienda, a todas luces reprobable, ni la de sus amigos, lo que se juzga, es difícil pretender que los miembros del jurado se abstraigan de aquella situación ante la repudiable actuación de los infractores y visto el escaso arrepentimiento que mostraron durante el plenario, siendo por el contrario la patente vulneración de la normativa existente por causa del covid y las molestias ocasionadas a otros vecinos, lo que impulsa la acción de la Policía».

'valorar la fortaleza de la democracia española'

Añaden los magistrados que no corresponde desde luego a los miembros del jurado, legos en derecho, «valorar la fortaleza de la democracia española o de su estado de derecho, sino determinar solo si la conducta obstrativa de unos jóvenes poniendo en riesgo la salud y el derecho de descanso de sus vecinos, justifica la actuación de la Policía».

Recuerda que así lo declara el jurado al considerar que con su actuación los agentes «no pretendían vulnerar ningún derecho sino poner fin a una situación que no cesó hasta que se vieron obligados a abrir la puerta con un ariete por la obstinada negativa de aquéllos».

El tribunal impone a la acusación particular las costas del procedimiento, tras considerar que su actuación durante la fase de instrucción e incluso durante el plenario rozó la temeridad.

última palabra

En su turno a la última palabra, el jefe del operativo criticó que el abogado que defiende al inquilino «confundiera la inviolabilidad domiciliaria con la impunidad domiciliaria». Además, declaró que si le consideraban culpable de allanamiento de morada no quería ser policía.

«Si me creen culpable, si no voy a poder usar las herramientas legales que hay por miedo, para eso no quiero ser policía, porque soy policía para defender a los ciudadanos», manifestó.

Su compañero y también acusado mostró igualmente su indignación por estar en el banquillo de los acusados por hacer «solo su trabajo» cumpliendo la legalidad, lo que hizo «antes, durante y después de la pandemia».

Antes de concluir su intervención, el agente se preguntó si «las leyes son iguales para todos» y ha planteado si «la desobediencia reiterada a la autoridad es diferente en los barrios de Salamanca y Carabanchel».