Maroto critica un presupuesto "de asfalto, para salir del paso" y con ahorro "de menos de 2 cañas en lenguaje ayusiano"

«Finaliza el año con un suspenso para Almeida por engañar a los madrileños, por su falta de respeto y por el totalitarismo con la oposición y por el acoso y la posición deshonesta y destructiva con el Gobierno de España», ha lanzado Maroto en rueda de prensa.

En estos siete meses de «desgobierno», Almeida «dedica más tiempo a confrontar con el Gobierno de España que en trabajar por Madrid». La socialista ha dibujado a un Almeida «más ultra, radical y totalitario, que ha perdido la cultura del diálogo y del consenso, que ha perdido el contacto con los madrileños», ha calificado.

«Es un alcalde que convoca manifestaciones contra la amnistía, que son legítimas, pero está ausente cuando los manifestantes son vecinos que se oponen a las talas, a los cantones, afectados por el Plan 18.000 o por las cocinas industriales», ha declarado Reyes Maroto.

Para la socialista, los últimos siete han sido «meses perdidos» porque Almeida «ha preferido seguir en campaña antes que trabajar por Madrid», se ha decantado «por crispar antes que por resolver problemas». «La mayoría absoluta supone la ciudad del sálvese quien pueda», ha lamentado. «Queda un Madrid negro y apagado», ha descrito.

La edil no ve modelo de ciudad, «sólo propaganda», porque Almeida no ha aplicado ni una medida «para bajar los precios del alquiler, apostar por la movilidad sostenible o por reducir la contaminación», sin olvidar «las irregularidades de la ampliación de la línea 11 de Metro», con el temor a que se convierta Madrid «en un San Fernando dos» por ser «cómplice de Isabel Díaz Ayuso en una obra ilegal».

Los socialistas llevarán al Pleno de este viernes una iniciativa sobre la A-5, «una vieja promesa de Almeida» que no acaba de arrancar, un plan estratégico de movilidad eléctrica, la demanda de carriles bici segregados y la necesidad de poner coto a «la enfermiza privatización de espacios públicos» rogando que apueste por un modelo de gestión pública y directa en el frontón Beti Jai.