Alierta falleció en el mediodía de este miércoles en Zaragoza aquejado de problemas respiratorios. En ese sentido, permanecía en un centro hospitalario de la capital aragonesa desde las pasadas navidades y en los últimos años había atravesado diversos problemas de salud.
«Es un día triste para la familia Telefónica. Todos somos depositarios del inmenso legado que nos deja César Alierta, un corazón abierto de par en par, apasionado, inteligente y valiente. Su visión de futuro y su intuición le llevaron siempre a intentar cambiar el mundo a mejor. El profundo amor por su Zaragoza natal le permitió pasear su tierra por todos los rincones del mundo. Muchas gracias, querido amigo», ha declarado el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete.
La empresa también ha resaltado que Alierta ha dejado una «huella imborrable» en la empresa y que, además de su gran bagaje profesional, «siempre será recordado como un trabajador incansable, gran estratega, amigo de sus amigos, enamorado de su Zaragoza natal, fiel y cercano, comprometido y generoso».
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