Cuatro personas han sido puestas a disposición judicial como presuntas autoras de un delito de cultivo y elaboración de droga y de un delito leve de defraudación de electricidad. Uno de los investigados era responsable de dos de las plantaciones de marihuana intervenidas, según ha señalado la Guardia Civil en un nota.
La operación se ha gestado después de que este cuerpo de seguridad descubriera con la ayuda de los técnicos de la compañía suministradora de electricidad, que existía un consumo «inusualmente alto» en cinco viviendas de esta urbanización. Por esta razón, ha señalado que se sospechó que sus moradores pudieran estar cultivando cannabis sativa de manera intensiva.
Asimismo, la Guardia Civil solicitó autorización para registrar dichas viviendas y, una vez obtenida, procedió a los registros. Durante las inspecciones los agentes confirmaron que las cinco viviendas registradas eran centros de producción de marihuana.
Las personas investigadas habían habilitado varias habitaciones de cada una de estas casas con toda la infraestructura necesaria para el cultivo y elaboración de la marihuana, así como un enganche ilegal a la red eléctrica. En la primera vivienda encontró una habitación con 376 plantas de cannabis sativa en avanzado estado de crecimiento; en la segunda se encontró una plantación con 404 plantas; en la tercera crecían 304; en la cuarta 302 y en la última 399.
Los técnicos de la compañía eléctrica Endesa aprovecharon la presencia de los agentes para desmantelar las tres dobles acometidas ilegales a la red eléctrica localizadas. Esta operación de la Guardia Civil Íllora se incardina en la operación Miller, una operación que está desarrollando la Guardia Civil a nivel nacional contra el cultivo y tráfico ilegal de marihuana.
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