El 15 de mayo de cada año se celebra en la ciudad de Madrid la fiesta en honor a su Patrón: San Isidro. ¿Quién era y por qué se convirtió en patrón de la capital? Te contamos su historia y otras curiosidades de su fiesta.
¿quién era san isidro?
Isidro de Merlo y Quintana nació a finales del siglo XI en el seno de una familia humilde cuando todavía Madrid era una ciudad agrícola. Su casa estaba situada donde en la actualidad se halla la calle de las Aguas.
Su primera ocupación fue la de pocero hasta que, ante la inminente invasión árabe, se trasladó a vivir a Torrelaguna. Allí se casó con María Toribia, con quien tuvo su único hijo llamado Illán.
Dicen que éste se cayó un día a un pozo e Isidro gracias a sus oraciones logró que subiese el nivel del agua y salvar así al pequeño. En compensación por esto, Isidro y María, quién también sería canonizada posteriormente como Santa María de la Cabeza, decidieron hacer un voto de castidad y vivir desde entonces en casas separadas.
Diez años más tarde, en su regreso a Madrid, San Isidro consiguió un trabajo como labrador en las tierras de la familia Vargas y pasó a conocerse popularmente como 'Isidro Labrador'.
Narraciones populares
De esta época se conocen varias narraciones populares muy curiosas. La más conocida de ellas cuenta cómo sus compañeros labradores se quejaban al Patrón, Juan de Vargas, porque Isidro llegaba habitualmente tarde a su jornada.
El dueño de la finca decidió comprobar esto por sí mismo y un día le esperó escondido en unos matorrales. Enorme fue su sorpresa cuando descubrió que los bueyes araban solos la parte de campo que le correspondía a Isidro y entendió este hecho como 'un prodigio divino'.
También conocidas son 'La olla de San Isidro' que cuenta cómo en una de las comidas que éste organizaba para los más pobres de Madrid no tuvo suficiente para alimentar a todos los allí reunidos y con simplemente introducir el puchero en la olla la comida se multiplicó 'milagrosamente'. Otra de estas historias cuenta cómo en un año de sequía en Madrid, y ante la preocupación que Isidro sentía por las tierras de su patrón, hizo salir un chorro de agua del campo con un simple golpe de su harada y consiguió así agua suficiente para abastecer a toda la ciudad.
La leyenda que destaca entre todas y la que le valió su beatificación sucedería tiempo después: cuando el rey Felipe III cayó gravemente enfermo en Toledo, le fue llevado el cuerpo de San Isidro a su estancia y éste sanó 'milagrosamente'. Ocurrido este 'milagro', en 1617 Isidro fue beatificado y, tres años más tarde, en 1622 el Papa Gregorio XV lo canonizó.
Isidro fue enterrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés, en una tosca caja de madera sin cepillar, acorde a su condición de pobre. Cuarenta años más tarde, ante la insistencia del pueblo, que seguía difundiendo sus prodigios, se exhumó el cuerpo y se le dio sepultura en el interior del templo.
Entonces salió a la luz un nuevo prodigio: a pesar del tiempo transcurrido y de haber estado expuesto a las inclemencias meteorológicas, el cuerpo todavía se conservaba entero y de color tan natural como si estuviera vivo, como se reafirmó en los siguientes traslados que se realizaron.
Los milagros de san isidro
Es uno de los santos a los que más milagros se le atribuyen, 438, ya sean póstumos o no. Estos son algunos de los más famosos:
Milagro de los bueyes: Isidro era una persona muy piadosa. Tanto, que fue acusado de no trabajar lo que debía por irse a rezar. Un día, Juan de Vargas, espiando a Isidro para cerciorarse de estos hechos vio como dos ángeles y dos bueyes araban la tierra mientras Isidro rezaba.
Milagro de las aguas y los manantiales: Un día, mientras araba la tierra, su señor fue a pedirle agua.Al ver que se le había acabado, cogió su bastón y golpeó en el suelo, diciendo: «Cuando Dios quería, agua aquí había». En ese instante comenzó a brotar agua del suelo.
Manolos y chulapas
El conocido nombre de 'chulapo' se debe a que existió por un tiempo en Madrid una pequeña rivalidad entre los habitantes del barrio de Lavapiés, que eran conocidos como 'Manolos' y los del barrio de Malasaña o Maravillas, los 'chulapos', llamados así por su característica chulería. Estos últimos eran distinguidos, según dice la RAE, « por cierta afectación y guapeza en la traje y en el modo de conducirse». Y como podemos comprobar cada 15 de mayo en la Pradera de San Isidro, así era.
Ellos vestían chaleco con un clavel en la solapa, pantalones ajustados, gorra de cuadros y pañuelo blanco en el cuello y ellas vestido de lunares, pañuelo blanco con un clavel rojo en la cabeza y Mantón de Manila.
Después de estos, las zarzuelas de finales de finales del siglo XIX y de principios del XX fueron las que fijaron estas prendas como atuendo tradicional de la ciudad de Madrid.
Rosquillas, unas tontas y otras listas
Además de los trajes de chulapo y chulapa, es típico degustar las míticas rosquillas de San Isidro en esta fecha.
Las 'rosquillas tontas' son las consideradas más antiguas, su receta se remonta a la Edad Media y se denominan así porque solo están compuestas por la masa tradicional. Cuentan que a la mujer de Fernando VI le parecían insípidas estas rosquillas por lo que el cocinero Real decidió añadirles almendra picada y azúcar y bautizarlas como 'rosquillas francesas'.
Por su parte, la receta de las conocidas 'rosquillas listas' se debe a la Tía Javiera, una pastelera de Fuenlabrada que solía venderlas en romerías y ferias. Ella le dio un toque distintivo al popular dulce al añadir a la receta tradicional un baño de azúcar y un toque de sabor a limón.
La última variedad de éstas tiene su origen en el Monasterio de la Visitación, cuyas monjas conocidas como de 'Santa Clara' añadieron una cobertura de merengue seco blanco a las rosquillas. Surgieron así las 'rosquillas de Santa Clara'.
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