La Fiscalía ha mantenido su petición de condenar a 12 años de prisión al nazi Pedro Varela en el juicio en el que está acusado de difundir discurso de odio con los libros que editaba y vendía en la Librería Europa en Barcelona, cerrada cautelarmente por esta causa.
En el trámite de conclusiones finales en el juicio que sigue en la Audiencia de Barcelona, la fiscal ha retirado de la acusación el delito de organización criminal que atribuía a Varela y cuatro acusados más (había otro pero murió antes del juicio).
La fiscal sí ha mantenido la acusación por los delitos contra los derechos y libertades fundamentales y de asociación ilícita, de manera que la retirada de la acusación por organización criminal (que estaba vinculada al delito de asociación ilícita, que se mantiene) no hace cambiar las penas que reclama la acusación pública: 12 años para Varela y de ocho para el resto.
La acusación popular del Ayuntamiento de Barcelona ha mantenido su acusación y la acusación popular que ejercen la Federación de Comunidades Judías de España y Movimiento contra la Intolerancia han secundado la petición de la Fiscalía.
Por su parte, las defensas en la fase de conclusiones han reclamado al tribunal que, en caso de condenar a los acusados, tenga en cuenta una atenuante de dilaciones indebidas por lo que se ha alargado la causa, que se centra en hechos ocurridos hasta 2016.
"referente de difusión"
En su informe final, la fiscal ha hecho referencia a los investigadores de Mossos d'Esquadra que han contado durante el juicio que la Librería Europa era un «referente de difusión» de ideas nacionalsocialistas, que fue también la sede del Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade) y que difundía tesis negacionistas del holocausto.
«Varela se sirvió de una estructura empresarial, con medios y recursos personales, con vocación de continuidad, a través de Ediciones Ojeda», que estaba amparada por una asociación homónima y utilizaba para publicar libros que después vendía en la librería, ha señalado la fiscal.
El abogado de Ayuntamiento de Barcelona ha remarcado en su informe que la causa ha sido suficientemente compleja como para no aplicar el atenuante de dilaciones indebidas que reclaman las defensas a pesar de que el procedimiento se haya alargado durante años.
También ha recordado que el delito de odio por el que se acusa a los responsables de la librería no castiga un trato desigual, sino que implica también un desprecio a ciertas personas: «La libertad de expresión encuentra su límite justamente en los momentos en que se producen los delitos de odio».
No somos 'quemalibros'"
El abogado de la Federación de Comunidades Judías de España y de Movimiento contra la Intolerancia ha recordado que los acusados solo contestaron a los interrogatorios de sus defensas, lo que para él fue una explicación parcial, y ante los argumentos de las defensas ha esgrimido que «en España no se persiguen creencias ni opiniones, se persigue la incitación al odio, a la discriminación»
También ha argumentado sobre los límites a la libertad de expresión, que ha defendido como uno de los derechos básicos: «No somos 'quemalibros', no somos así. Pero el derecho a la libertad expresión no es ilimitado cuando entra en colisión con el derecho a la igualdad de trato, a la seguridad de ciertas minorías».
El juicio se retomará el miércoles a las 9.30 horas con los informes finales de los abogados de las defensas, y en caso de que no haya tiempo de acabar el juicio se retomará en una última sesión el 17 de junio.
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