La Policía Judicial mantenía abiertas distintas vías de investigación relacionadas con el tráfico de drogas, una de ellas, un individuo que se podría estar dedicando a la distribución de hachís a mediana escala y abastecía a otros pequeños redistribuidores de la provincia de Alicante.
Las investigaciones realizadas desvelaron que el presunto autor podría estar utilizando al menos dos domicilios distintos y un trastero para esconder hachís, que distribuiría en vehículo a distintas poblaciones de la provincia en huecos camuflados creados para el transporte ('caletas'). Las diversas informaciones que manejaba el grupo investigador apuntaban a un porte, de una cantidad importante de sustancia, en una fecha concreta.
Estas informaciones impulsaron a organizar un operativo policial en torno a los puntos frecuentados por el investigado y en el que fue localizado el presunto autor al aproximarse a uno de estos domicilios controlados. Los agentes lo interceptaron e iniciaron una requisa minuciosa en el interior de su vehículo, que les permitió descubrir unas «marcas incongruentes» en la tapa donde habitualmente se aloja el sistema de seguridad del airbag del copiloto.
Tras realizar una pequeña presión de palanca consiguieron extraer la tapa y observaron en el interior gran cantidad de hachís escondido. Una vez trasladado el vehículo a dependencias policiales se realizó un nuevo registro, en el que se halló otro nuevo compartimento o doble fondo en el maletero del turismo donde se escondía todavía una mayor cantidad de hachís. En total, el vehículo transportaba 20 kilos de droga.
El investigado frecuentaba dos inmuebles en Elche y Orihuela y un trastero en la ciudad de Alicante. Los agentes acudieron a uno de los domicilios controlados donde se presumía que podría guardar más sustancia estupefaciente. Al llegar, se encontraron con un menor que salía del interior y que resultó ser uno de los hijos del investigado, que portaba una bolsa de plástico con un envoltorio en el interior que contenía dinero en efectivo. En total, llevaba 260 euros en billetes fraccionados supuestamente con la intención de tratar que no fuera intervenido por los agentes.
En este domicilio se encontraron casi 400 gramos más de hachís; en la segunda vivienda, 27 kilos de esta sustancia oculta en unos arcones frigoríficos mientras que en el trastero se hallaron otros 300 gramos más.
El valor del hachís intervenido podría rondar un valor de 100.000 euros, una vez esta sustancia hubiera sido distribuida en el mercado negro. El detenido, un hombre de nacionalidad española de 42 años, pasó a disposición, junto con todas las actuaciones, de un Juzgado de Instrucción de Orihuela que acordó el inmediato ingreso en prisión.
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