Este miércoles, 17 de julio, se estrenará en Pirineos Sur uno de los artistas más populares de España y que está camino de alcanzar el mismo rango al otro lado del Atlántico: Melendi.
Tras más de 15 años de trayectoria no ha parado de sumar éxitos y se ha afianzado como uno de los artistas masculinos más importantes dentro y fuera de España gracias a los éxitos a lo largo de su extensa y versátil discografía.
Pero esto no será más que el comienzo de cinco jornadas cargadas de música. Variada y para todos los públicos: El Drogas, Tarque --jueves 18--, Sara Baras y Carmén Linares --viernes 19--, Rawayana, Baiuca --sábado 20-- y La Plazuela e Iseo y Dodosound --domingo 21--.
Hace 31 años la Diputación de Huesca puso en marcha el Festival Pirineos Sur, un punto de encuentro entre continentes, culturas y sonidos, que ya en sus primeras ediciones se convirtió en la referencia nacional de su género musical antes de que en España se hablara de multiculturalidad o globalización. Es también una apuesta por potenciar el turismo cultural en la provincia de Huesca.
Tras tres décadas conserva la filosofía que lo vio nacer. El Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur ha recorrido musicalmente casi todo el mundo. Músicas y culturas provenientes de los cinco continentes y ediciones monográficas dedicadas a los creadores de diversos países, regiones y movimientos musicales.
Un festival de postal
Sin duda, uno de los grandes alicientes de Pirineos Sur, volverá a ser no solo la propuesta musical, sino en el entorno donde se ubica: un espacio natural privilegiado.
En el corazón del Valle de Tena, en pleno pirineo aragonés, las serenas aguas de las 116 hectáreas del pantano de Lanuza reflejan la imponente montaña de la Peña Foratata, un gigante de 2.321 metros de altura. Su figura se convierte en el telón de fondo de un escenario que flota sobre estas aguas y donde cada tarde puede disfrutarse de la bella estampa de la puesta de sol como antesala de los espectáculos musicales.
Además, para mayor comodidad de los asistentes, el anfiteatro cuenta con un aforo máximo de 4.900 personas y está dividido en tres: un espacio con gradas de piedra, un foso a orillas del pantano donde bailar en primera fila y sin agobios y, por último, una balconada superior donde disfrutar de la experiencia con visión panorámica.
El festival está flanqueado por dos de los pueblos más bellos del Valle de Tena. Por un lado, Lanuza, la encantadora pedanía «rescatada» bajo las aguas del embalse; y por otro, el emblemático
Sallent de Gállego, lleno de vida y típicos caserones de piedra. Senderismo entre cascadas, piragua o paddel surf en el propio pantano, quads, vías ferratas o paseos a caballo, cualquier actividad es posible como alternativa a completar cada fin de semana, incluso en familia. Y todo ello acompañado de una diversa oferta de gastronomía de altura que cuenta con restaurantes con soles Repsol.
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