El 94,3% de los barceloneses considera que Barcelona tiene un problema bastante grave o muy grave en materia de vivienda, según los resultados del barómetro municipal semestral difundidos este lunes por el consistorio.
Lo han explicado en rueda de prensa el cuarto teniente de alcalde, Jordi Valls, y el director de la Oficina Municipal de Dades de Barcelona, Màrius Boada, que han presentado la encuesta del segundo semestre del año, realizada del 25 de noviembre al 4 de diciembre con 805 entrevistas telefónicas.
Concretamente, el 68,8% de los encuestados considera que Barcelona tiene un problema, y lo califica de muy grave; el 25,5% que tiene un problema, y lo califica de bastante grave; el 2,6% admite que lo tiene, pero que es poco grave, mientras que tan solo un 2% considera que no tiene un problema de vivienda.
Entre los encuestados, el 35,3% dice que personalmente es un problema grande, para el 18,8% es un problema asumible, mientras que el 45,8% dice que no es un problema para él concretamente.
El barómetro recoge que el 34,1% vive de alquiler en la ciudad, mientras que el 55,9% lo hace en un piso o casa de compra (el 33,5% lo han pagado completamente, y el 22,4% lo sigue pagando a través de una hipoteca), y que el 3,9% lo hace en uno heredado, el 3,6% en uno cedido por padres, familiares o amigos, y el 1,3% paga por el uso de una habitación.
Segunda preocupación
El acceso a la vivienda se consolida como segunda preocupación de los barceloneses, experimentando un aumento y siendo la principal preocupación para el 28,8%, mientras que hace 6 meses lo era para el 16,6%.
La inseguridad sigue siendo la principal preocupación, con el 28,9%, un punto por encima del acceso a la vivienda, y 1,7 puntos más que en junio.
La limpieza es el tercer problema de los ciudadanos de Barcelona (5,4%), y pasa por delante del turismo, que pasa del 13% al 5%, una caída que el ayuntamiento atribuye a la finalización de la temporada alta.
Medidas mejor valoradas
La encuesta recoge que los barceloneses valoran con un 3,5 las actuaciones del consistorio en esta materia, una nota superior a la que otorgan a la Generalitat (un 3,3) y al Gobierno de España (2,9).
Entre las medidas mejor valoradas para mejorar la situación se encuentran la construcción de más vivienda protegida pública (8 puntos sobre 10), la limitación de vivienda de uso turístico (7,6), la regulación del precio de los alquileres (7,4), la creación de ayudas o subvenciones para facilitar la emancipación de los jóvenes (6,9), las ayudas a grupos económicamente vulnerables (6,5), y favorecer la construcción y rehabilitación de vivienda por parte del sector privado (6,1).
Viene para quedarse
Para Valls, los datos constatan una preocupación que viene para quedarse, en sus palabras, pero ha defendido que el Ayuntamiento está actuando: «Hay medidas a corto plazo, que no son menores, que ya se están planteando en estos momentos, como es el control de rentas, o el hecho de que nosotros queremos prohibir los pisos turísticos a partir de 2028, que ya tiene un efecto importante».
También ha pedido grandes acuerdos políticos y colaboración con el sector: «El presupuesto del ayuntamiento representa un 4% del PIB de la ciudad. Es muy importante, pero si se quiere resolver un tema como la vivienda solo desde el sector público, no es posible. Es muy importante contar con todo el mundo», ha valorado.
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