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El gran crooner de la canción ligera norteamericana, Frank Sinatra desarrolló también una carrera como actor que le permitiría tocar todos los registros. Comenzó junto a Gene Kelly en algunos de los musicales clásicos de la Metro para probar luego fortuna en el género melodramático. Artista completo y seductor nato, encabeza la relación de personalidades de la pantalla que nos dejaron a lo largo del 98. Especialmente sentidas fueron las muertes del joven realizador español Ricardo Franco y del actor de carácter Rafael Alonso. Ganador del Goya 97 al mejor director por «La buena estrella», Franco nos dejó cuando saboreaba las mieles de un éxito que se le había resistido hasta casi el final de una carrera plagada de riesgo y pasión. Su corazón le falló cuando dirigía «Lágrimas negras», título todavía pendiente de estreno. También Rafael Alonso murió a pie de cañón. La muerte sorprendió al veterano secundario cuando filmaba, con Garci, «El abuelo», trabajo por el que será recompensado, a finales de enero, con un Goya especial.

El cineasta oriental más apreciado en Occidente, Akira Kurosawa, se marchó dejando uno de los legados artísticos más impresionantes de toda la historia del cine. Menos conocido entre el gran público, Jean Marais se había formado artísticamente junto a Jean Cocteau, quien le dirigió en las películas y montajes teatrales más distinguidos de su larga carrera. Los actores Robert Young, Gene Autry, Espartaco Santoni, Àngel Picazo, Luis Prendes, Roddy McDowell y John Derek; las actrices Maureen O'Sullivan y Alice Faye y los realizadores Jerome Robbins y Alan J. Pakula completan la última nómina de cadáveres exquisitos.