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La discográfica mallorquina Blau-Discmedi ha reeditado la obra «Chopin en Mallorca», un doble CD grabado por el pianista israelí afincado en la Isla y de fama mundial Ilan Rogoff. En el trabajo se incluyen todas las obras compuestas por Frédéric Chopin durante su estancia de tres meses en Valldemossa y aquellas piezas relacionadas con este invierno que pasó en la Isla.

Estas obras fueron grabadas en «A Modus Music Production» en un disco editado en Inglaterra por el sello británico Preludio. Esta primera edición se agotó rápidamente y ahora Blau-Discmedi la ha recuperado para hacer una reedición de 1.000 ejemplares. Ahora se presentará a nivel nacional y la discográfica aprovechará el Midem de Cannes para hacer la presentación internacional.

La edición de este doble CD es el primer acto que se celebrará con motivo del 150 aniversario de la muerte de Frédéric Chopin y en el que Rogoff participará con diversos conciertos, aunque no quiso adelantar en que consistirá esta celebración ya que, dijo, «hay un comité creado especialmente que está preparando estos actos y ya informará en su momento».

Rogoff, que próximamente realizará una gira por Israel y EEUU, aseguró ayer que, en un primer momento, el volumen de la obra le hizo pensar que Chopin había pasado una larga estancia en Mallorca. «Después descubrí que sólo había estado tres meses», explicó.

Una estancia de tres meses llena de problemas
Frédéric Chopin llegó a Palma a bordo de «El Mallorquín» el 8 de noviembre de 1838. Vino acompañado de George Sand y sus dos hijos Maurice y Solange. Habían planeado una estancia en Mallorca como cura tanto para el pianista, enfermo de tuberculosis, como para Maurice. Pero en Palma no encontraron hospedaje adecuado y a los seis días se trasladaron a Son Vent, en Establiments. Pero la salud del compositor empezó a deteriorarse y, debido al miedo al contagio de la tuberculosis, el dueño les obligó a mudarse. Así llegaron a la Cartoixa de Valldemossa el 15 de diciembre. Las condiciones del monasterio, abandonado por los monjes tres años antes, eran primitivas y el invierno fue muy duro. Por todo ello, el deseado descanso no respondió a lo previsto, con el agravante adicional de que su piano no llegó al quedar retenido en la aduana hasta el 20 de enero, y la estancia que tenía que durar hasta el verano acabó el 13 de febrero de 1839, cuando se embarcaron hacia Barcelona.