En primer término, parte de la estructura de Dennis Opennheim. Detrás, escultura de Aligi Sassu. Foto: JAUME ROSSELLÓ.

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Pocas ciudades del mundo podrán presumir de contar con una colección de esculturas al aire libre que, a la entrada de un nuevo milenio, servirán para mostrar las tendencias del arte de vanguardia que predominaron en la segunda mitad de este siglo. Palma es desde ayer un museo vivo de escultura con la presentación de las obras ya terminadas, y las maquetas y dibujos de las que aún están en el taller, de la colección de piezas que ocuparán parte de la fachada marítima de ciudad con motivo de la Universiada. El lugar elegido para dar a conocer a los ciudadanos el proyecto ya en su forma definitiva fue la plaza de Santa Catalina.

Autoridades municipales, artistas, gentes del mundo de la creación, además de medios de comunicación locales y nacionales pudieron contemplar ayer la materialización de lo que, como dijo en su discurso el alcalde, hace dos años, cuando la idea se puso en marcha, «parecía una utopía».

De manera provisional, una decena de esculturas ocuparán durante un tiempo esta plaza antes de que ellas, y el resto de la colección, que en total suman 31 obras, ocupen sus emplazamientos definitivos en un circuito que se ha programado desde el inicio de Jaime III hasta el Baluard del Príncipe. El trabajo de selección de autores se ha llevado a cabo bajo la dirección de la experta Maria Llüisa Borrás, que ha actuado de comisaria, contando con la colaboración de un comité técnico. Borràs quiso destacar ayer también «el apoyo, los consejos y el criterio artístico tan certero de Pedro Serra», presidente editor de Ultima Hora .

En la plaza de Santa Catalina se presentaron ayer las obras ya terminadas de Pep Sirvent; Antoni Socías; Albert Rouiller; Aligi Sassu; Marcel Martí; Agustí Roqué, Mompó, Ferràn Aguiló, Marckus Lüpertz y Joan Bennàssar, además de parte de la estructura de la obra de Dennis Oppenheim, llegada desde Estados Unidos, que se terminará de montar en Palma con materiales de la Isla; el resto de las piezas, en las que los artistas ya están trabajando en talleres o fundiciones, se pudieron en ver en maqueta, dibujo o fotomontaje, como fue el caso de las de Pep Canyelles, Anthony Caro, Betty Gold, Dam Graham, Kacho, Phillip King, Julio Le Parc, Sol Levitt, Pep Llambías, Amador Magraner, Jaume Mir, Andrés Nagel, Manolo Paz, Fabrizzio Plessi, Horacio Sapere, Pablo Serrano, George Sugarmann y Bill Woodrow. A la cita sólo faltaron el proyecto de Joan Costa, en mármol, que está tomado forma en Italia, y la obra de Wolf Vostell, que aún no ha llegado a Ciutat.

Los «Atletas» de Jaume Mir, en bronce, se convertirán en pequeño tamaño en el emblema de la Universiada.