Vista del campo bajo el que se encuentra una de las villas. Foto: JAUME MOREY.

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El arqueólogo Javier Aramburu continúa aportando datos sobre el pasado de la Isla después de haber descubierto numerosos yacimientos, trabajo que le ha servido de base para su tesis doctoral, publicada recientemente por El Tall. Aunque su especialidad es el mundo talayótico y pretalayótico, ahora asegura que hace unas semanas halló en la carretera de Sóller restos de dos villas romanas, una de difícil acceso y más pequeña, y otra, cortada por la propia vía, de dimensiones considerables. Aramburu ha comunicado al CIM este descubrimiento.

Aunque para certificar la extensión e importancia de dichas villas habría que llevar a cabo un sondeo, Aramburu ya aventura sobre una de ellas, por los restos aparecidos a ras de tierra, que se trataría de una construcción importante. «En los alrededores de la Palma romana habría como granjas o fincas rústicas donde vivirían los terratenientes cuando abandonaban la ciudad en verano».

Aramburu ha llegado a estas conclusiones al observar numerosos restos de cerámica, trozos de ánforas, que se utilizaban como contenedores de alimentos; de la llamada terra sigilata, cerámica más fina que se utilizaba en la vajilla doméstica; pedazos de tejas, que eran planas con una especia de curvatura en uno de sus lados para enganchar una con otra, y restos de mármol, lo que significa que en el edificio o edificios «debía haber una parte noble».

«Si se excavara podríamos llegar a conocer la cronología y las costumbres, cómo eran las construcciones o qué se cultivaba», comenta Aramburu.