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Miquel Pujadó presentó ayer en Palma «Somriures que mosseguen» (Columna Música), el décimo disco de este cantautor. Tal y como aseguró ayer el artista, «Somriures que mosseguen» se mueve por aguas musicales muy diversas y también lo son sus letras, una de las características de este compositor, que sin embargo quiere reivindicar su música y el trabajo de los arreglistas Marcel Casellas y Conrad Setó.

Pero son las letras lo que más llaman la atención. Hablan, por ejemplo, de la canción de autor o de la situación del catalán. En cuanto al primer tema, Pujadó ha creado «La senyora Cançó», un tema que «está construido a base de pareados: los versos impares son argumentativos y encuentran la rima en los pares mediante un centenar largo de nombre de diversos artistas, cantautores en sentido estricto».

Sobre el tema de la lengua, el cantautor ha escrito «Dins el ventre dels estats». «Una de mis obsesiones es evitar la fragmentación de nuestra cultura musical y por eso he incorporado las diversas variedades del catalán». Así, hay una estrofa cantada en valenciano, otra en rossellonés y una tercera en catalán insular. Es aquí donde participa Tomeu Penya, que ha prestado su voz para este tema. «Es una canción dura pero no desesperada. La canción tiene el deber de cargar las tintas para intentar provocar alguna reacción. Las lenguas son un cuerpo vivo, y siempre existe el peligro de extinción a causa de presiones o desidia», dice.

«Pero no sólo son éstos los temas que trato en mi disco, en el que intento dar una visión de lo que es mi universo y demostrar que con el paso de los años he conseguido un lenguaje propio», afirma el cantautor.