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El 13 de marzo de 1990 moría en Palma a los 80 años de edad el pintor mallorquín Juli Ramis, una de las grandes figuras el arte contemporáneo español. El próximo lunes se cumplen diez años de su fallecimiento y, después de este tiempo, parece como si el silencio hubiera caído sobre este magnífico artista. Ninguna institución, ni pública ni privada, ha previsto organizar una exposición para recordar la pintura de un mallorquín de fama mundial y que experimentó con todas las tendencias del arte del siglo XX.

Sólo una galería privada, Joan Oliver «Maneu», tiene previsto dedicar este verano una exposición para rendir un homenaje al pintor. En un principio, la exposición tenía que organizarse este mes de marzo, pero diversos problemas han provocado que el proyecto se aplace hasta el verano.

La última gran exposición organizada en Palma con obra de Juli Ramis tuvo lugar en junio de 1991, algo más de un año después de su muerte. En aquella ocasión se utilizaron tres centros de Palma para realizar un recorrido por las etapas estilísticas cultivadas por el artista. En Sa Llonja se reunieron un total de 105 pinturas, en una muestra en la que se podían ver desde los primeros trabajos académicos hasta los últimos cuadros. El Centre de Cultura Sa Nostra acogió 56 obras de pequeño formato y una amplia selección de dibujos. Por último, en la sala de exposiciones de la Banca March se expuso una amplia muestra de su obra gráfica. Juli Ramis nació en Sóller en 1909. De vocación artística temprana, a los 16 años llevó a cabo su primera exposición en su localidad. Personalidad inquieta y en constante evolución, vivió en Tánger, Francia e Inglaterra, para volver de forma definitiva a Mallorca a mediados de la década de los 60.

Su carrera artística fue fulgurante. En 1931 celebró la primera exposición individual en París, presentando toda una serie de obras dentro de una línea postcubista. Después vendrían más exposiciones en la capital francesa, al igual que en Mallorca, Nueva York, Madrid, Casablanca, Belfast y una larga lista. En la década de los 60 fue seleccionado para representar a España en la XXX Bienal de Venecia.

El arte de Juli Ramis es un recorrido por la historia de la pintura del siglo XX. Siempre experimentó sin importarle su propia carrera ni obtener un beneficio económico. Su vida se caracterizó por la búsqueda de la libertad artística y personal, un hecho que lo situó entre los grandes maestros. Ramis, que se dedicó a la creación artística hasta el momento de su muerte, fue uno de los pintores más grandes que ha dado Mallorca y ha sido un artista que ha impulsado y ha hecho avanzar el arte de este siglo, como él mismo decía, «siempre remando contra corriente».