Pedro Txillida inaugura hoy una muestra de su obra reciente en la
galería de arte Pelaires, en el que el artista presenta una serie
de 28 cuadros y dos esculturas.
El hijo del célebre escultor Eduardo Chillida, ha recurrido a
técnicas complejas "bases de acrílicos, pigmentos con aglutinantes,
óleos" para realizar una obra en la que se dan la mano la
abstracción y la figuración. «No tengo preferencia por ningunos de
estos dos estilos, aunque tal vez, como espectador, prefiera lo
abstracto. El figurativismo me ayuda como elemento de sugestión»,
aseguró ayer el creador plástico.
«Para la realización de mi obra me gusta inspirarme en ciertos
aspectos que ya han sido tratados en el mundo del arte. El mundo de
las telas y del téxtil; el cuerpo humano y los caballos.
Prácticamente en el 40 por ciento de las obras de arte que se han
ido haciendo a través de la historia, se ha trabajado la incidencia
de la luz sobre los pliegues de la ropa. Me parece algo
fascinante».
En la exposición hay una gran escultura de un corcel. «Es
también un tema muy rico, un motivo cargado de poesía e historia.
Me compré un caballo y el hecho de tenerlo tan cerca supongo que me
influyó en ser más figurativo».
El creador habló también sobre la figura de su padre y su
especial incidencia en su evolución como artista.
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