TW
0

El retablo mayor de la iglesia parroquial de Sant Joan Baptista de Muro ha recuperado la policromía de su estructura arquitectónica, un colorido que había estado oculto durante más de 200 años bajo una capa dorada y ocre. Pero no sólo la estructura presenta un nuevo y «espectacular» aspecto, según la restauradora Antonia Reig. Pinturas y esculturas que pueblan sus 17 metros de alto por 10 de ancho han sido limpiadas, reintegradas y consolidadas para que puedan ser disfrutadas por el público.

Doce especialistas del taller del Obispado, bajo la coordinación de Antonia Reig, han sido los encargados de descubrir la auténtica cara de una obra del patrimonio de la localidad datada en el barroco. «Se trata de una pieza muy interesante porque, como fue hecho a lo largo de 148 años, en él trabajaron muchos artistas de distintos talleres y abarca todos los aspectos del barroco. Esta acción tan dilatada en el tiempo es muy visible», apuntó Reig.

Entre los siglos XVII y XVIII intervinieron en el retablo artistas como Pere Pou, Pere Joan Pinya, Gregori Alex y Gregori Herrera, entre otros. La restauración, financiada por el Ajuntament de Muro, fue una iniciativa del rector Pere Fiol. El retablo, de grandes dimensiones, está integrada por una predela (base), tres cuerpos, ático y cinco calles. Y en su decoración, además de la policromía mencionada, "con colores blanco, azul y rojo", destacan diez pinturas y ocho esculturas. Reig comenta que el equipo mantuvo un debate sobre si retiraban las capas dorada y ocre que cubría los colores y que, finalmente, apostaron por el riesgo. «Se supone que los colores habían sido tapados por moda» en otro siglo y, ahora, fueron descubiertos gracias a unas catas.

El trabajo de puesta a punto resultó laborioso para los restauradores, que tuvieron que colgarse con cuerdas y aspiradores a la hora de la limpieza. El taller también se ha restaurado el retablo «Nom de Jesús», de finales del XVI, de la misma iglesia y obra de autor anónimo.