Las intervenciones llevadas a cabo hasta ahora en Son Boter no han ofrecido resultados positivos.

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Los responsables de la Fundació Pilar i Joan Miró prevén que las obras de restauración de Son Boter, el taller en el que el artista pintó grafitos en las paredes, comiencen a primeros de 2001. El proyecto, que coordina el restaurador José María Pardo, se lleva a cabo con una colaboración económica de La Caixa de dos millones de pesetas y está encaminado a salvar los dibujos murales, muy afectados por cuestiones ambientales.

Las paredes interiores de Son Boter, que tiene la categoría de Bien de Interés Cultural, presentan «un complejo problema de conservación que cuestiona la existencia de los grafitos realizados por Joan Miró. Ello es debido, fundamentalmente, a la humedad por capilaridad que asciende por la base de muros y paredes y cuyo efecto final en superficie, "cristalización de sales transportadas y eflorescencias, entre otros", supone la descomposición del mortero de arena y con ello el desprendimiento y la pérdida de la materia y el muro», según escribe Pardo en un informe.

El programa de trabajo que se llevará a cabo surge de un simposio celebrado en la Fundació en 1996, en el transcurso del cual se reunieron en Palma varios expertos internacionales. Durante dicho evento se llevó a cabo un intercambio de opiniones surgidas del estudio en directo de los problemas que afectan a Son Boter. Desde entonces, el problema se ha recrudecido, entre otros motivos, con la apertura al público de este espacio.

Para la restauración se trasladarán a Ciutat dos profesionales como Eudald Guillamet, experto en restauración de pintura y arte rupestre, e Ignasi Millet, especialista en conservación ambiental. Ambos participaron en el simposio antes citado. La consolidación eventual de las zonas de muro con mayor riesgo de desprendimientos será el prolegómeno de los trabajos de conservación de los grafitos y también de las actuaciones e intervenciones de saneamiento y reparación en el interior y exterior del edificio.