Un buen número de artistas acompañó ayer a los familiares del
fallecido pintor Pere Quetglas «Xam» en el funeral que tuvo lugar
en la parroquia Verge de la Salut, una ceremonia concelebrada que
estuvo presidida por el sacerdote Bernat Julià.
La nave central del templo se quedó pequeña para acoger a los
numerosos amigos y admiradores que quisieron dar el último adiós al
artista y acompañar a su familia en una jornada triste y dolorosa.
Como una gran pérdida fue sentida la muerte del creador, que
falleció el pasado domingo, en la comunidad cultural y artística
isleña, que reconoce su magisterio, su vanguardismo y su
personalidad creadora e inquieta, así como su talante humano. Por
ello las palabras de Bernat Julià en la homilía resultaron
acertadas cuando apuntó: «Xam fue un hombre de gran personalidad y
un trabajador incansable y fruto de estas cualidades humanas fue
inmenso su trabajo artístico y variado, pero dentro de un sello de
innovación». «El verdadero artista tiende a difundir lo que tiene
dentro de sí», citó Julià para recordar la labor docente del
pintor, que también fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes
de San Sebastián.
En cuanto a su persona, el sacerdote le recordó como un hombre
«sencillo, tierno, humilde, sin pretensiones, siempre activo y
combativo, que no tuvo miedo ni de sí mismo». Entre los asistentes
estuvieron los académicos de San Sebastián Antonio García-Ruiz,
Jaume Mir, Juan Miralles, Rafael Perelló Paradelo, Caty Juan y
Ramon Canet. No faltaron los artistas Antoni Coll, Amelia García,
José Luis Maraver, Cándido Ballester, Baldovino, Simó Radó, Miquela
Vidal, Alicia Llabrés, Maria Luisa Magraner y Pep Sirvent; el
conseller de Cultura del Govern, Damià Pons; el concejal de
Infraestructuras de Cort, José María Rodríguez; los asesores
culturales de Cort Lluis Socías y Jaime Gil; Miquel Alenyar,
subdirector general de Sa Nostra; el escritor Gabriel Sabrafín; la
administradora del Daily Bulletin, Margalida Magraner; el
presidente del Círculo de Bellas Artes, Antoni Garau; la comisaria
de las exposiciones de «Xam», Monserrat América y Mariano Isasi, de
la Fundació Pública per a la Música, entre otros muchos.
Todos escucharon las palabras de Julià cuando comentó que el
artista había sido un «dinamizador cultural y vanguardista de la
pintura mallorquina y, así, su huella será profunda y duradera por
haberla puesto a nivel europeo». El sacerdote también le rindió su
tributo personal cuando dijo que presidía la celebración «por
amistad y admiración».
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