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La galería Joan Oliver «Maneu» abrió ayer una muestra de la pintora portuguesa Teresa Silva en la que la creadora plástica de Oporto ofrece su visión «burlesca» de la vida y de la sociedad de su país. La exposición reúne la obra más reciente de esta artista, que ha recurrido a la técnica del «collage» y el uso de la palabra para enriquecer una producción de fuertes influencias expresionistas.

«Non sense», «na marcha do tempo», «para sempre», «jobs for the boys», «quanto vale una utopia», «ole touro», «circumvalaçao», «palavras», «en grande», son algunos de los mensajes que Silva ha incluido en sus cuadros, impregnados de tonos ocres, rojos y negros. «Procuro ironizar sobre ciertos aspectos de mi tierra: la mafia, la sociedad, la política. Más que un sentimiento trágico de la vida podría decir que hay un sentido burlesco de la existencia», asegura.

Los cuadros de Silva están compuestos de varias secuencias o viñetas (influencias del cómic y del cine) que representan distintos personajes, cada uno «con una historia detrás». En el año 1997 la artista expuso en Palma. «En esa época tenía un estilo claramente expresionista. Con estos años creo que he sabido madurar hacia un estilo más propio, más elaborado». Silva añadió que «he plasmado al hombre del siglo XXI, en su busca constante de la utopía», dice.