Mendive, junto a una de sus obras en el Centre de Cultura de Sa Nostra. Foto: S. AMENGUAL

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«Mendive, Shango i la vida» es el título de la muestra que el artista cubano expone a partir de hoy en el Centre de Cultura de Sa Nostra. La exposición reúne unas cuarenta obras realizadas desde los años 80 en las que trata, entre otros temas, las deidades afrocubanas. El artista, que estuvo ayer en Palma, señaló su preferencia por la luz y el color de su Cuba natal, pero también afirmó sentirse fascinado por Àfrica, continente al que ha visitado varias veces.

Mendive, admirador de la naturaleza y de la vida, de Giotto, de Pollock, de Whitman, y de «todos los seres de esta tierra, a los que trato por igual», ha trabajado la escultura en bronce, la pintura acrílica y la témpera, el tapiz y el arte corporal. «Tuve una época en que me interesaron mucho los colores nocturnos. Eso se fue limpiando poco a poco hasta llegar de nuevo a la luz, a los tonos rosas. Finalmente estoy en un momento de mucho color: me interesan los azules y los ocres, también el verde».

Mendive mezcla realidad, naturaleza y fantasía en una obra de claras reminiscencias religiosas. Las deidades afrocubanas, Shango, Elegguá, Ochun tienen un papel protagonista en la muestra. «Shangó es el rey-dios dueño de la vida, del fuego, de la música, del rayo, es la risa, es amar, de dar, de seguir en la Tierra», asegura el creador. Mendive, quien afirmó sentirse a gusto con el estilo que emplea actualmente, agradeció la ayuda prestada por su familia y sus antepasados, y reconoció que, a pesar de que la vida contiene aspectos positivos y negativos, «siempre trato de que mi discurso sea optimista».

El artista, para quien «Cuba no tiene color, sino luz», explicó que la gente, aunque desconozca sus creaciones, puede acercarse a su obra porque «no tiene secretos» y muestra temas y momentos que «a todos nos tocan en la vida». El comisario de la exposición, Orlando Brito, apuntó que Mendive representa la plástica cubana de los últimos 30 años y reivindica la bipolaridad del bien y del mal y manifiesta su «problemática existencial».