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Fue un debut «con corazón», el que pusieron Geoffrey Simon, director titular de la Orquestra Simfònica, y los integrantes del conjunto. Así lo dijo el maestro, ayer en el hotel Son Vida donde, tras pocos días de ensayos, la nueva batuta y los músicos se presentaron en sociedad con «ilusión».

La llegada de un maestro nunca había generado un encuentro de este tipo. Una idea de Simon, respaldada por las instituciones que integran la junta directiva, Govern, CIM y Ajuntament de Palma, como demostró la presencia de sus representantes políticos. Antes del primer concierto de abono, el próximo día 18, Simon y los responsables de la Fundació Pública de Balears per a la Música quisieron tomar un pulso a la sociedad, empresarios, profesionales liberales y medios de comunicación en lo que fue un cordial concierto para acercarse a posibles patrocinadores, alcanzar un público mayor y dar más protagonismo a la Orquestra.

Simon, todo energía, se mostró contento con el aumento de abonados a la temporada. Ayer sonaron Turina y Casals, un adelanto de esa música española que él quiere incluir en el repertorio. También Vivaldi; N.Gade, con fondo de pasodoble, y Grieg. No faltó un «emocionado» recuerdo a las víctimas del terror en EE UU.