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LAURA MOYÀ El hombre, la naturaleza y la tecnología, tres aspectos divergentes difíciles de conciliar. Este embrión se unió a una ideología: sacar el teatro a la calle y ofrecerlo a la sociedad. El resultado, ««Un ocell de mil colors», de Els Comediants, que se representa esta noche a las 21.00 horas en el patio de La Misericòrdia.

El espectáculo empezó su camino en torno a la Expo de Hannover 2000 por encargo del pabellón de España. Mallorca verá una adaptación de la obra, siguiendo con la filosofía de la compañía que moldea sus trabajos según el lugar en el que estrenan. «Se trata de un espectáculo en evolución», dijo Jaume Bernadet, el director. En esta ocasión, dos son las novedads. Por una parte, el escenario. «Los balcones, las arcadas y las distintas alturas del patio nos han permitido jugar con el espacio», explicó Bernadet. Por otra, la música. «Nos hemos documentado y hemos creado algunas canciones ex professo, que suenan a jotes».

La obra habla de que el equilibrio de la tecnología puesta al servicio del «capitalismo integrado» nunca «significa armonía con la naturaleza». La solución que propone «L'ocell de mil colors» es «socializar la tecnología», en palabras de Bernadet. Todo ello situado dentro de un lugar: el Mediterráneo. Para ello, «la luz y el color son esenciales porque reflejan la explosión de la naturaleza y la vitalidad de este mar», según Jin-hua Kuan, actriz que participa en el espectáculo. El hecho que la obra se haga al aire libre también concuerda con la filosofía de la zona: «expresarse en la calle», dijo Kuan.

En la obra, Comediants ha vuelto a conjugar diversos lenguajes escénicos. «La danza, el teatro y las canciones» se suceden para «expresar los diferentes contenidos», comentó Jordi Cardoner, el coreógrafo.