Toda la familia del actor Alfonso del Real, que falleció ayer por
la mañana en Son Dureta a los 86 años, se congregó en el tanatorio
de Bon Sosec, donde hoy se celebrará un entierro privado. «No lo
preveíamos» explicó Emilio, su hijo menor, presente en el
cementerio junto a su madre, María Luisa; Alfonso, su hermano
mayor, las nueras y las nietas del artista, entre ellas Paula, que
quiere seguir los pasos de su abuelo.
Un catarro fuerte le fue debilitando hasta complicarse con una
parada respiratoria. Aunque visiblemente afectados por su
fallecimiento, pero conscientes de la popularidad del actor, sus
familiares hablaron de sus últimos momentos y se dejaron
fotografiar todos juntos, aunque prefirieron que la gente le
recordara con la sonrisa con la que conquistó al público a través
de la tele, el cine, la zarzuela, la revista y el teatro, este
último «su gran pasión, su amante», comentó su hijo. Emilio explicó
que dentro de unos días, «cuando las pase a limpio, se distribuirán
unas pequeñas notas que dejó mi padre y que me entregó hace dos
años». El actor, viendo que llegaba el final, quiso compartir con
sus seguidores algunos de sus pensamientos sobre la vida y su
profesión.
Alfonso Suárez del Real, que celebró su último cumpleaños el
pasado 27 de diciembre, se retiró a Palma hace seis años, cuando
dejó las grandes giras porque Palma le gustaba «por su clima, su
gente, sus paisajes, quiso estar aquí» donde «tuvo una vida feliz y
murió feliz».
Orgulloso de sus 10 años como primer actor del Teatro María
Guerrero y de su participación en el legendario programa teatral de
TVE Estudio 1, fue un todoterreno con una dilatada carrera y varios
centenares de títulos en su curriculum desde que debutó en la
escena en los años treinta. La serie televisiva «Plinio», junto a
Antonio Casal, le dio una gran popularidad.
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