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BARCELONA
El periodista Màrius Carol considera que «en periodismo se hace gran parte de la mejor literatura que se realiza en este país. Sin el periodismo no habría podido hacer esta novela». Así lo declaró en la noche del jueves poco después de recibir de manos del presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, el galardón que lo acreditaba como ganador del Premi Ramon Llull de Narrativa, dotado con 60.100 euros y que concede la editorial Planeta, por la novela «Les seduccions de Júlia».

Nada más empezar su intervención, Màrius Carol recordó una cita de Oscar Wilde: «Literatura y periodismo se diferencian en que la literatura no se lee y el periodismo es ilegible». Después añadió: «Afortunadamente, desde Wilde las cosas han cambiado mucho y el periodismo ha sido la experiencia previa de muchos novelistas, además de ser una salida muy natural». El ganador se refirió también al futuro del periodismo, del que dijo «no está en crisis, aunque su futuro es explicar historias y dar opiniones, interpretando el mundo en el que uno vive».

La novela ganadora narra la historia de una periodista que vuelve a Barcelona después de 20 años viviendo en Estados Unidos y se encuentra una ciudad cambiada, pues la dejó en 1976, en los primeros años de la transición. Su intención es hacer un documental sobre Salvador Dalí, donde aparece Isidoro Bea, un personaje real que, recuerda el escritor, «fue la persona que durante más de 30 años hizo los bocetos a Dalí y pintó los fondos de algunos de sus cuadros». En esta historia se entrecruzará también un antiguo amante de Júlia. «He utilizado un ritmo muy cinematográfico para que la novela no pueda aburrir, pues pasan muchas cosas de manera acelerada», dijo el escritor.

Carol destacó lo difícil que ha sido ponerse en la piel de una mujer. «No lo hice para complicarme la vida, sino para ocultarme como narrador y para hacer aflorar mi parte femenina», explica. Por su parte, Olga Xirinacs, ganadora de la Sèrie Negra, destacó que «No jugueu al cementiri» «se aleja de la tradición de violencia callejera americana y, en cambio, he querido desarrollar un cierto tono macabro, mezclado con morbosidad y misterio».