Calvià tiene sus esperanzas puestas en la Comunidad Europea. El
municipio presentará una petición de ayuda al programa Interreg
para la remodelación arqueológica y la simulación de parte de lo
que fue un poblado talayótico en el Puig de sa Morisca, y el
bosquecillo que lo circunda, una zona en la que abundan los
yacimientos arqueológicos, poblados y santuarios, las plantas
endémicas, los elementos etnológicos y con un valor paisajístico
innegable. Antoni García Salvador, concejal de Cultura, confía en
conseguir esta ayuda. «Esperemos que nos la den», dice, porque
Calvià necesita 200 millones para llevar a cabo la mencionada
remodelación y simulación museística de lo que denomina «un
proyecto de futuro».
De ese dinero, Interreg aportaría el 75 por ciento y el resto
correría a cargo del municipio y de la Comunidad Autónoma a través
de la Conselleria de Turisme. Los planes para el conjunto de sa
Morisca, donde los arqueólogos y las brigadas municipales acaban de
finalizar la campaña de invierno, abarcan cuatro aspectos: el
arqueológico, alrededor de los yacimientos; el etnológico, puesto
que en la zona existen restos de hornos de cal y de sitges; el
paisajístico y el botánico, con distintas especies de plantas
endémicas. Todo ello, junto a la arqueología, «hace de la zona un
lugar a potenciar», comenta Salvador, quien explica que en Calvià
están muy interesados en «potenciar la oferta cultural, que se
completa con la existencia de torres de defensa y possessions».
Calvià, pasto de la balearización, es ahora ejemplo de una
experiencia única en Mallorca, la colaboración, científica a través
de la UIB, y la municipal. Un grupo de profesores de la Universitat
dirige el trabajo de investigación y restauración en sa Morisca.
Son: Víctor Guerrero, Elena Juncosa, Carlos Quintana y Manuel
Calvo, este último sobre el terreno, surpevisando a arqueólogos,
universitarios o las brigadas del plan de empleo de Calvià. El Puig
de sa Morisca es un auténtico observatorio de control del
territorio circundante y del mar, por el que llegaban el comercio y
las invasiones, un lugar con una visibilidad de 360 grados.
Camino del punto más elevado, Manuel Calvo va mostrando la
restauración de una de las torres talayóticas y la excavación en
otra. Sa Morisca aportarán datos de cómo influyó el comercio púnico
en la población indígena, cambiando la estructura social y
económica. También los materiales islámicos que han salido en lo
alto pueden dar información sobre el mundo islámico rural, «muy
desconocido», según el arqueólogo. Como adelanto de lo que ofrecerá
el parque, 600 estudiantes de Calvià visitarán sa Morisca junto a
sus profesores.
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