Los arqueólogos submarinos, trabajando en el yacimiento del barco griego.

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Cala Sant Vicenç fue, en la antigüedad, un cementerio de barcos que quedaban atrapados por la Tramuntana cuando intentaban refugiarse de los temporales. En el fondo existe un yacimiento arqueológico con restos de varios naves que han sido excavados por arqueólogos catalanes y mallorquines bajo la dirección de Xavier Nieto y Ferran Tarongí, del Centro de Arqueología de Cataluña y del departamento de Cultura del Consell, respectivamente. Los expertos han trabajado en un barco griego del VI - V antes de Cristo.

Finalizada la primera campaña de excavaciones submarinas en la Isla, el yacimiento ha quedado protegido por varias toneladas de arena y piedra. Entre el material figuran seis monedas de oro con la inscripción «Honorius P(ater) P(atriae) AUG(ustus)». En el anverso, un busto del emperador Honorio y en el reverso, un soldado con el símbolo de la victoria pisando a un enemigo caído. Son bizantinas, de hacia el 420 después de Cristo, único resto encontrado de esa fecha. De las naves datadas, los científicos destacan un barco griego al que califican de hallazgo «interesantísimo para el conocimiento de la arquitectura naval», según explicó Xavier Nieto.

Fechado entre los siglos VI al V a.C., los arqueólogos dicen que «es de los cuatro o cinco mejores ejemplares del mundo en su género» por la información que ofrece. Su armazón servirá para mejorar el conocimiento de la construcción naval griega. Las maderas fueron unidas a base de hilos de cuerda sin un sólo clavo. Es el barco más antiguo excavado en Mallorca. Dedicado al comercio, transportaba cerámica griega de figuras negras, ánforas para el vino y molinos de piedra para moler cereales, ánforas púnicas, maderas talladas y otros objetos como bolas de pasta de vidrio para ensartar collares. Este material significará «un avance» en el conocimiento de la cultura griega cuyos restos son escasos en Mallorca, Ferran Tarongí.

Otros dos barcos que han quedado a buen recaudo en el fondo del mar son del siglo I a.C. y del I d.C. Ambos han dado restos cerámicos de fabricación francesa y andaluza, y sigilatta romana como muestra del comercio entre oriente-occidente en la que se situaba Baleares. Finalmente, por los clavos entre las maderas, se ha datado un barco de finales del XIX primeros del XX.