Todo Porreres se volcó ayer en la inauguración del Museu i Fons
Artístic que abrió sus puertas tras veinte de años para salir
adelante. El centro nace con la particularidad de que todas las
obras que integran su colección permanente han sido donadas o
cedidas por particulares. El antiguo hospital, rehabilitado, es su
sede.
Por la tarde, unos 700 vecinos pudieron entrar por primera vez
en las salas y recorrer las tres plantas del edificio que, en la
parte inferior, tendrá un espacio para muestras temporales. Más de
un centenar de obras cuelgan de las paredes del museo, fruto de la
colaboración de la iniciativa privada y pública. La idea de su
creación partió del matrimonio Aina Ferrando y Joan Mesquida,
padres del conseller de Hisenda del Govern, impulsores y los
primeros que donaron obras. El museo exhibe una colección de
litografías de Joan Miró junto a piezas de otros muchos
artistas.
En la inauguración acompañaron a los vecinos las autoridades y
la Philarmònica Porrerenca. Allí estuvieron Maria Antonia Munar y
Maria Antònia Vadell, presidenta y consellera del CIM,
respectivamente; el alcalde del pueblo, Joan Sastre, y el de
Felanitx, Miquel Julià, así como Joan martorell, de la Fundació La
Caixa.
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